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CRISIS EN LA UE

Los veterinarios aceptan el nuevo plan de Londres de sacrificio de vacas

Londres lanzó ayer un mensaje que hace pensar que la sangre puede acabar por no llegar al Arno, el río que baña la bella Florencia. El Comité Veterinario Permanente de la UE aceptó anoche por unanimidad la propuesta británica de sacrificar o retirar del ciclo alimentario las vacas nacidas en 1989: unas 30.000 cabezas, según evaluaciones comunitarias, que se sumarían a las 80.000 nacidas a partir de ese año. Ésta era una de las condiciones impuestas el martes por la Comisión Europea para levantar las sanciones, aunque no la única.

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El mensaje británico lanzado en el Comité Veterinario Permanente, reunido en Bruselas para estudiar el plan de erradicación de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), fue recogido por los expertos de los Quince. En este foro, Londres tuvo que superar la oposición de los países más duros (Alemania, Portugal, Austria, Holanda y, en menor medida, Francia), que exigían que los sacrificios alcanzasen también a los animales nacidos en 1988 e incluso en 1987. Pero sus efectos fueron más sonoros más allá de la ortodoxia veterinaria. El anuncio británico, apenas 48 horas antes del Consejo Europeo, fue interpretado como un gesto de buena voluntad y una cesión del Gobierno de John Major.El representante británico en el Comité Veterinario de la UE, Keith Meldrum, aseguró que la decisión de ayer supone "un giro muy importante" que abre la puerta a un acuerdo en la cumbre de Florencia. En declaraciones a la televisión alemana ZDF, Major anunció que cabe la posibilidad de alcanzar una solución al embargo impuesto al vacuno de su país. "Se ha, sentado una buena base de discusión", reconoció.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, Malcolm Rifkind, había hecho ver a sus colegas el pasado lunes las dificultades que para el Gabinete conservador supone hacer aceptar a los ganaderos del Reino Unido nuevos sacrificios de reses, lo que debe ser ratificado: por la Cámara de los Comunes. De ahí el valor político del cambio de postura británico.

En cualquier caso, Rifkind empezó ya ayer mismo a cobrarse la cesión y advirtió que el final del boicoteo británico sólo puede llegar si al mismo tiempo hay un acuerdo sobre el embargo. Al mismo tiempo, no antes como quiere la Conmisión.

Rifkind fue aún más duro la víspera y en privado, cuando reunió el martes a los 14 embajadores comunitarios para aclararles algunos conceptos de cara a Florencia: el tema de las vacas locas debe ser el primero que se trate en el Consejo Europeo, si no hay acuerdo se mantendrá el bloqueo y, lo más importante, en ningún caso habrá paz si no se levanta de forma inmediata el embargo que impide al Reino Unido exportar carne fuera de la Unión Europea.

Tribunal de Luxemburgo

La venta de carne a terceros países centró también la vista de un recurso británico presentado ante el Tribunal de Luxemburgo en contra del embargo, celebrada ayer. Londres ha pedido al tribunal que suspenda cautelarmente todo el embargo hasta que se pronuncie sobre el fondo ya que la sentencia definitiva puede demorarse meses o años.La vista de ayer se centró en el eje que domina los debates jurídicos sobre el asunto: la base legal en la que se ha apoyado Bruselas para decretar el embargo y la prohibición de vender carne y sus derivados fuera del territorio de la Unión Europea.

La Comisión se mostró vaga ante las preguntas sobre esta base jurídica planteadas ayer por el abogado general (fiscal), el italiano Giuseppe Tesauro. Pero el abogado general ha sorprendido a las dos partes al preguntar a la Comisión por qué no ha tomado en defensa del consumidor británico las mismas medidas de prohibir la venta de carne que protegen al resto de consumidores.

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