La impermeabilización de la frontera

No se habla de otra cosa en Melilla que de la frontera, de su "impermeabilización". Los políticos se reprochan unos a otros que no haya aún un sistema de delimitación "menos permeable". El delegado del Gobierno, Enrique Beamud, nombrado hace unos días, reconoce que el problema de los límites "es mejorable".El alcalde, Ignacio Velázquez, también del PP, celebró precisamente ayer su primer año en el cargo y tuvo palabras críticas hacia sus predecesores, socialistas, por no haber arreglado lo de la invasión de inmigrantes por alguno de los más de 500 agujeros de la alambrada de separación. Sin embargo, él mismo prometió un plan de choque y ahora admite que tendrá que aplazarse al menos otro año.

En Melilla viven 65.000 personas oficialmente. El censo oficioso corrobora un trajín diario de unos 100.000. En ese cupo hay de todo, pero fundamentalmente ilegales marroquíes, que se plantan de un paso en la carretera de circunvalación. Esta vía recién estrenada, de unos 9 kilómetros, rodea en semicírculo el perímetro de la ciudad que no da al mar y es utilizada por los residentes para estirar sus paseos.

Junto a ella se pretende construir en el futuro el "muro impermeable". Es lo que reclaman casi todos: políticos y residentes. Creen que servirá de filtro y pondrá coto a la delincuencia.

Mientras tanto, Antonio Rovira, adjunto al Defensor del Pueblo, pidió ayer a la Administración que ponga los medios necesarios para que la ley de Extranjería también se cumpla en Ceuta y Melilla.