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Tribuna
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Gazza no ha estudiado en Eton

Resulta que no todos los ingleses han vivido con el alma en un puño los días previos al encuentro decisivo del pasado sábado entre las selecciones de fútbol de Inglaterra y la dé Escocia. Mientras el diario amarillo The Sun daba lecciones a los seguidores del conjunto que entrena Terry Venables de cómo tocar el tambor en apoyo de sus muchachos, el líder de los Rolling Stone, Mick Jagger, visitaba el exclusivo colegio de Eton, en Windsor, junto a un grupo de selectos padres, con la mirada puesta en una plaza para su hijo James.Jagger y su esposa, la modelo tejana Jerry Hall, han pensado que no puede haber mejor lugar para su retoño que la escuela en la que estudia desde septiembre del año pasado el príncipe Guillermo, heredero segundo en línea directa al trono británico. Es entrañable comprobar el proceso de reforma y encarrilamiento social que ha experimentado Jagger desde los tiempos locos de los rolling. Todo un ejemplo en el que deberían mirarse como en un espejo los rebeldes de hoy. Y del que podrían sacar enseñanzas tranquilizado res los padres de hijos díscolos.

Si Mick Jagger se ha convertido en un devoto de las más nobles instituciones británicos, ¿por qué no suponer que Paul Gascoigne, ídolo de los hooligans ingleses, se conformará un día con tocar el piano en vez de destrozar las televisiones de los aviones? Todo es cuestión de tiempo y de tacto.

De momento, Terry Venables ha demostrado manejar con maestría los nervios de Gazza. Entre partido y partido -y a falta de oportunidades de vuelo Gascoigne está siguiendo un cursillo acelerado de pesca en los ríos próximos al hotel donde se entrena la selección inglesa. La pesca se ha impuesto sobre el tenis de mesa como técnica relajadora, por la sencilla razón de que ninguno de los compañeros de Gascoigne es aficionado al ping-pong, mientras que a las truchas nadie se ha molestado en pedirles su opinión.

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