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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Parados anóminos

"Me llamo fulano de tal y soy alcohólico". Así creo que comienzan las sesiones de Alcohólicos Anónimos, organización que ayuda a las personas con esa enfermedad a superar su problema, a integrarse.Me llamo José Antonio y soy parado. Así deberían empezar las reuniones de parados anónimos, si esa organización existiera, pero los parados somos una enfermedad social sin aparente arreglo (a pesar de los últimos datos sobre cifras de empleo) y sin apoyo; el Inem sólo sirve para dar trabajo a los funcionarios que en él trabajan y para llevar el registro de los que oficialmente desean trabajar y no encuentran dónde (¿dónde estará el registro de los que se han cansado de acudir cada tres meses a la oficina del Inem a que le pongan un sellito en la papeleta y han decidido no volver porque ven que eso no sirve para nada?).

Los alcohólicos suelen perder el trabajo, la familia, los amigos... Los parados no tenemos el problema de perder el trabajo, ya que nuestro problema es su carencia, pero sí tenemos el problema de cansar a la familia, que nos sustenta (¿qué sería de nosotros si no nos ayudara la familia?, ¿qué será de la sociedad cuando las familias ya no puedan ayudar?), y el de perder los amigos. Es curioso y doloroso ver cómo algunos a los que has considerado amigos durante años empiezan a rehuir tu trato a medida que vas acumulando años en el desempleo; no sé si será por miedo a contagiarse de lo que yo denomino enfermedad social, si por miedo a un posible sablazo del amigo en paro o por no poder (o no querer) soportar el ver un rostro que humaniza, personaliza ese dato macroeconómico aparentemente impersonal de 2,5 millones de parados en España.

Esta carta no servirá para mucho. Pero a mí me sirve el simple hecho de escribirla, me hace sentir útil, aunque sólo sea por unos minutos, expresar con palabras parte de lo que estamos viviendo 2,5 millones de personas. Espero que sirva para que alguien piense en que el paro está empezando a llegar al punto en que la enfermedad social puede acabar con la sociedad, al menos tal y como la conocemos.

Pero, sobre todo, espero que sirva para que nadie dé la espalda a nadie, parado o no. No se trata de dar nada material, sólo apoyo, ánimo, comprensión, solidaridad... -

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