Dura noche para el macho
La 2 analiza la crisis de la identidad masculina
La de este domingo, y por parte de La 2, va a ser una dura noche para el macho. El programa Arte se ocupa de los últimos coletazos de esta especie en aparente peligro de extinción y de la crisis de la identidad masculina. Bajo el título de Los machos, La Noche Temática presentará, por este orden y a partir de las 22.45, el documental Desbandada, la película Sueños de un seductor, protagonizada por Woody Allen y el fantasma de Bogart, y Una aventura italiana, otro singular documental realizado por una joven británica que husmea con su cámara en el poder macho de los bajos fondos de Florencia."Ya no estamos seguros de lo que significa ser un hombre", dice uno de los entrevistados en Desbandada (1996). En la llamada "guerra de los sexos", este documental aborda el estado de ánimo en el reducto más inmovilista de la trinchera masculina. Se trata de una zoología del "macho", ese término hispano exportado con notable éxito a otras lenguas, siguiendo sus huellas por todo el mundo occidental. Como no podía ser de otra forma y el título Desbandada anticipa, adelantemos que el resultado es más bien patético y que el panorama en los patios de armas del superhombre parece desolador.
Realizado este año por David Carr-Brown y Pascal Dupont, este documental, que puede causar más dé un desasosiego en los tresillos domésticos, es de una beligerancia sarcástica. Le da la voz a unos ejemplares de macho que nada más abrir la boca cavan su propia tumba y que nos hacen añorar a los duros del western o del cine negro como dioses del Olimpo. A partir de aquí, apuntillar al macho es casi una obra de misericordia con el hombre. Algunas de las mujeres entrevistadas lo hacen con morbosa ternura, como una fotógrafa neoyorquina que lleva cinco años retratando machos italianos. Una española, la escritora Maite Contreras, lo fulmina con una impiedad muy racial. "En la casa no quiere hacer nada de nada, ni follar". Pero más demoledora, con sul lenguaje aséptico, es la ciencia. El macho dominante es un tarado con sueños divinos, apunta una psicóloga. Y de ahí, remata un doctor, la obsesión contemporánea por el calibre del instrumento viril.
El macho ibérico sale especialmente malparado. Para desgracia de la especie, los realizadores decidieron coger el toro por los cuernos. Y así empieza Desbandada, con toros y toreros, aunque es de lamentar la ausencia de Jesulín. Los tópicos pueden ser una buena guía para ahondar en la realidad, pero también conducen a simplezas discutibles. A tenor de lo que se afirma en Desbandada, la noche madrileña está llena de crápulas. "La noche madrileña es la arena donde los machos, sin pudor alguno, acechan a las chicas". Menos discutible es el único dato estadístico que se ofrece en el documental: 16.000 españolas denuncian malos tratos en un año, y 445 han sido asesinadas por hombres en tres años.
En la confusión de los tiempos, y mientras la vida de la mujer cambia radicalmente, el macho se disfraza. Desbandada busca su nueva piel en el trayecto que lleva de la Bolsa y Wall Street a los clubes selectos donde los tiburones pagan para que una mujer arrodillada les encienda con una cerilla los grandes cigarros que luego lucen como penes humeantes.
Una aventura italiana (1996), el segundo documental de esta noche temática, tiene características bien diferentes. Es la reconstrucción de un cerrado microcosmos masculino, donde se sobrevive con el código del poder macho. Toni de Broinhead, una joven realizadora británica, incorpora la cámara como un tercer ojo y se pega a la vida de Nicola, un tipo duro de los bajos fondos de Florencia. La "chica de la cámara" descubre pronto que lo mejor es no hacer muchas preguntas. Nicola y sus muy machos compinches acaban aceptándola como un elemento más en el paisaje del bar que les sirve de guarida. Toni podrá llegar incluso a un "santuario" macho, el vestuario de un equipo de calcio storico, modalidad de fútbol brutal, sólo apto para los que tienen "lo que hay que tener". Prueba de cómo se las gastan es que Nicola acabará con tres costillas rotas después de un memorable partido.
La intensa noche temática se redondea con Sueños de un seductor (Play it again, Sam; 1972), dirigida por Herbert Ross pero incorporada de hecho a la filmografía de Woody Allen, principal protagonista y autor de la obra teatral que inspiró la película. En medio del zafarrancho de la realidad, en la agonía convulsa del macho tradicional, la filosofía humorística y náufraga de Woody Allen puede aportar alguna luz a la crisis de la identidad masculina. "Soy suficientemente bajito y feo como para triunfar por mí mismo".
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