El esquema del coche bomba contra Aznar

El sábado 1 de junio, este diario publicó una información propia sobre el frustrado atentado contra el actual presidente de Gobierno, José María Aznar, cuando aún era líder de la oposición. El periodista de Barcelona Paco Vilariño ha enviado al Defensor del Lector una carta de protesta, "más por mi condición", escribe, "de lector-comprador del diario desde hace 20 años que por la de periodista en ejercicio".El compañero periodista, afiliado al Colegio de Periodistas de Cataluña, motiva así su queja: "En el número del sábado 1 de junio de 1996, página 23, a cuatro columnas de entrada, EL PAÍS presenta un gran scoop sobre el frustrado atentado contra José María Aznar mediante la explosión de un coche bomba. El comando de ETA, en un informe dirigido a sus jefes, analiza las circunstancias del atentado y su relativo fracaso técnico al no conseguir su objetivo mortal. Todo ello viene relatado en la información. Periodísticamente, nada que objetar por la publicación de la noticia y su valoración tipográfica: se tiene una exclusiva de elaboración propia y se obra en consecuencia. Santo y bueno".

¿Por qué, entonces, la queja?, Vilariño añade: "Pero me resulta muy poco santo y nada bueno que en el texto se detalle la composición exacta de la carga explosiva utilizada, y de postre, como ilustración gráfica, se incluya el detallado esquema del coche bomba. Sé que los redactores aducirán la primacía del derecho a la información veraz. También comprendo que no todos los días se tiene acceso a un material informativo tan suculento. No obstante, manifiesto mi desagrado por todo ese lujo de detalles técnicos que nada añaden al núcleo de la noticia, que, desgraciadamente, pueden dar malas ideas a terceros".

El periodista concluye: "Prescindo deliberadamente del Libro de estilo e invoco el sentido común. Reconozco que yo mismo, de encontrarme en parecidas circunstancias, quizá no me resistiría a publicarlo tal cual se hizo, pero eso son gajes del oficio...".

El Defensor del Lector, teniendo en cuenta, sobre todo, la condición aducida por Paco Vilariño de "lector-comprador" de toda la vida de este diario, ha pedido al subdirector de Información, Félix Monteira, una explicación sobre por qué se decidió publicar el esquema del coche bomba, incluso gráficamente, y si dicha publicación podría, como afirma el lector, dar "malas ideas" a terceros, en cuyo caso sí hubiera hecho mejor el periódico no publicándolo.

La respuesta de Félix Monteira, tras haber consultado también a los responsables de la información, ha sido la siguiente: "El lector (al parecer, un atento seguidor de nuestras informaciones) creo que se da la respuesta él mismo, como profesional de la información, cuando, después de calificar de 'muy poco santo y nada bueno' el hecho de que se detalle la composición exacta de la carga explosiva y la ilustración, 'de postre', del esquema del coche bomba, alude al derecho de información veraz, la naturaleza de noticia exclusiva...".

"Para nosotros, la información sobre terrorismo es siempre uno de los temas tratados con la mayor delicadeza, lo cual no evita, desgraciadamente, que involuntariamente cometamos a veces excesos. Pero, sinceramente, pienso que no es éste el caso. La composición exacta de la carga explosiva que figuraba en el documento de ETA puede ser una revelación para el lector, pero en ningún caso para la policía. Este tipo de información ha pasado a ser un elemento habitual de la información que las propias fuerzas de seguridad facilitan después de cada atentado".

"La información cuestionada es posterior al atentado y tiene el valor añadido de reflejar un documento de los propios terroristas en el que intentan justificar su fracaso. El detalle técnico más criticado, el esquema del coche bomba, tampoco da información para aprendices de terrorista. Puede que sea un alarde para subrayar la importancia y la autenticidad de la exclusiva, pero es también un factor determinante porque demuestra que no es una información sólo de referencia de fuentes, sino que se basa en el documento escrito por los propios autores materiales del atentado".

"Confieso que la carta me suscitó una preocupación añadida: ¿podía la reproducción del documento dar información sensible a ETA, puesto que constata que la policía conoce su sistema de conexión de coches bomba? O dicho de otra forma: ¿publicar el esquema no es un flaco favor para los expertos antiterroristas porque los etarras cambiarían de método de conexiones, etcétera, y obligarían a partir de cero a los investigadores? Hecha la consulta, ese posible desliz se esfuma. Según la propia policía, publicar la ilustración no tiene ese efecto ni esa conexión es la única utilizada por ETA. La información, salvo el efecto de veracidad reforzada ya aludido, no desvela ningún secreto técnico ni facilita claves para profanos en la materia. Es verdad que provoca mayor sensibilización sobre el tema, pero nuestro único objetivo era únicamente dar la mayor información posible sobre un tema en el que el debate es siempre vidrioso, aunque esta vez, lo creo de verdad, sin malas 'ideas' o riesgos".

El Defensor del Lector, que no es un técnico en esta materia de terrorismo, poco puede añadir a la explicación brindada al lector por los que sí saben de este tema en el diario.

Hijo de madre soltera

Otro periodista, Carlos Fernández Santander, de La Coruña, escribe, también en calidad de lector de este diario, para preguntarse si era necesario, en la biografía que se publicó del futbolista Jorge Otero el 6 de junio pasado en el suplemento de la Eurocopa, decir que Otero es "hijo de soltera". Porque, explica el periodista-lector, "aunque no es ninguna deshonra, sin embargo, en el clima general en que se mueve la sociedad española, puede considerarse como algo no deseable".

El lector tiene razón al decir que no era necesario dar ese dato de la biografía de Jorge Otero. Y este periódico no lo hubiera hecho si no fuera porque entre los datos pedidos al futbolista para hacer su biografía fue él mismo quien quiso destacar dicha condición de "hijo de soltera". Haberlo ocultado hubiese significado censurarle la información que él nos había dado.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.