Las manos de Valverde
Ha sido impresionante percibir la huella que José María Valverde ha dejado entre sus discípulos y admiradores. En pocas ocasiones los medios de comunicación han sido tan fieles al transmitir la alta ética y estética del que fuera inolvidable poeta, traductor, profesor y, sobre todo, excepcional ciudadano. A los testimonios que se han expresado quisiera añadir mi recuerdo de las clases que impartía en la Universitat de Barcelona durante los años sesenta. El profesor Valverde enriquecía su apasionado discurso literario y filosófico con su voz, con su ademán, con su expresión profunda y cálida y sobre todo con sus manos.Una parte importante de su capacidad pedagógica y comunicativa nos era transmitida por el movimiento y las cadencias de sus manos que apostillaban o redondeaban sus siempre inteligentes ideas. En aquella universidad oscura, gris y amordazada, Valverde nos daba un ejemplo vivo de libertad en la forma y en el fondo de su actuación. Levanto mi mano en este adiós al querido profesor y querido amigo.-
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