Vecinos obligados a entenderse
Afortunadamente para los húngaros, el drástico proceso de ajuste económico sigue adelante en un marco político general estable, al que no son ajenas unas relaciones apaciguadas con los vecinos, nada menos que siete países, y el final de la guerra en la antigua Yugoslavia, que ha costado a Hungría unos 2.000 millones de dólares en comercio perdido con socios tradicionales, como Serbia y Croacia.Gyula Horn ha disuelto las fantasías nacionalistas de su predecesor en el Gobierno, el derechista Joszef Antall, que decía sentirse reponsable por los millones de húngaros que viven fuera de sus fronteras, a los que el Tratado de Trianón, en 1920, convirtió de la noche a la mañana en minorías sin poder en países vecinos después de reducir a Austria y Hungría a sombras de su antiguo esplendor imperial. Hungría se apuntó al bando perdedor en la I Guerra Mundial, como lo había hecho en 1848 y lo repetiría en la II Guerra Mundial.
Budapest se limita ahora a apoyar las aspiraciones autonómicas de sus minorías en los países vecinos, pero no va más allá. El contencioso con Rumania, donde viven dos millones de húngaros de origen, está en vías de extinción tras haber propuesto el presidente Ion lliescu una "reconciliación histórica" al estilo de la franco-germana. Un tratado básico sobre fronteras y protección de derechos puede ser firmado este mismo año. Con Eslovaquia, Hungría ya ha firmado un tratado semejante, a la espera de su ratificación por el Parlamento de Bratislava.
Eslovaquia, donde viven más de medio millón de húngaros, ha sido durante los últimos años el otro punto candente de las relaciones exteriores de Budapest, agravado en este caso por la visceralidad del primer ministro, VIadimir Meciar, un nacionalista que juega la carta húngara como una de sus bazas de poder.
Los tres Gobiernos están condenados a entenderse. Todos aspiran fervientemente a integrarse en la Unión Europea y en la OTAN y saben que sus expectativas de asociación pasan inevitablemente por un satisfactorio arreglo previo de sus cuentas pendientes.
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