El BIS desaconseja usar una política monetaria laxa para crear empleo
¿Cómo puede Europa luchar contra el paro y al mismo tiempo reducir los déficit públicos? El Banco de Pagos Internacionales (BIS), que agrupa a los bancos centrales de los 11 países más desarrollados, no cree que la respuesta sea una política monetaria más laxa, tal y como reclaman los agantes sociales europeos. En su informe sobre el ejercicio financiero de 1995, el BIS advierte a los Quince de que pondrán riesgo la inflación, el único desequilibrio que mantienen bajo control, si bajan los tipos de interés para luchar contra un desempleo que responde a factores estructurales.
El BIS, institución que promueve la cooperación entre los bancos centrales internacionales y en cuyo capital participa España, reconoce que las políticas de consolidación fiscal y de estabilización de precios han contribuido a la desaceleración registrada en 1995 y los primeros meses de 1996, pero insiste en que éstas son el único camino para que bajen los tipos de interés y se logre un crecimiento sostenido. Aunque el BIS cree que la inflación está bajo control en la mayoría de Europa, teme que si la tasa estructural de paro no baja, con los riesgos de protestas sociales que ello implica, "crecerán las presiones para aplicar una solución inflacionista".Defiende la aplicación de medidas estructurales en el gasto público y en los mercados laborales como la única vía para luchar a la vez contra el paro y los déficit públicos, dos desequilibrios que se alimentan mutuamente. "La consolidación fiscal es esencial para asegurarse un crecimiento sostenido y duradero", señala. El BIS atribuye gran parte de los déficit presupuestarios europeos al fuerte aumento de las transferencias sociales y los subsidios, la mayoría de los cuales se debe al incremento del paro estructural. "La mitad del aumento de los déficit en Europa desde 1979 se debe a este factor", explica.
El mensaje del BIS es claro: la reducción del paro mediante la flexibilización laboral juega un papel fundamental en la corrección de los desequilibrios fiscales. De lo contrario, los ajustes presupuestarios en un contexto de mercados laborales rígidos aumentarán el paro y, por tanto, limitarán la consolidación fiscal. En 1995, Europa destruyó más empleo del que creó, pese a crecer alrededor del 2,6%. Las tasas de paro llegaron a cifras récord. Entre las causas que se citan: la protección al desempleo, la rigidez de los salarios, los elevados costes laborales, etc.... El BIS considera que además de reformar estos aspectos se deben liberalizar los servicios más dinámicos, como las telecomunicaciones, protegidos aún en Europa, para mejorar la respuesta del empleo al crecimiento.
Estas reformas son la alternativa que propone el BIS al uso de instrumentos que presionen la inflación, que bajó al mínimo de los últimos 30 años en 1995 (2,4% en los países industrializados). En este sentido, alaba el rigor del Banco de España, que subió los tipos desde principios de año para frenar las presiones inflacionistas pese a que Alemania los bajó. "Mejoró la credibilidad de su objetivo de inflación y permitió una apreciación de su moneda y una reducción de la prima de riesgo con Alemania".
El BIS señala, no obstante, que los objetivos de inflación a medio plazo no deben impedir a los bancos centrales actuar en los momentos bajos del ciclo. "Éste ha sido el principal motivo detrás de las rebajas de tipos de 1995 en muchos países". Pero estas políticas, recuerda, tienen que ser creíbles ante los mercados financieros.
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