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Tribuna
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Apuesta que algo queda

A la visita de las primeras decepciones que depara la Eurocopa 96 en los estadios de fútbol -de momento tanto la selección inglesa como la española han estado por debajo de las expectativas-, los ingleses han decidido volcarse en una de las grandes pasiones nacionales: las apuestas. El pasado fin de semana fue una ocasión deportiva de oro para los adictos a este gran juego nacional. El sábado, por ejemplo, se corrió el Derby, se jugó la final femenina del trofeo Roland Garros en París, y se inauguró la Eurocopa, con diferencia el acontecimiento que más interés apostador despierta estos días en el Reino Unido. Como una cosa es el corazón y otra las libras, las empresas que se dedican a estos menesteres -legalizadas en el Reino Unido en 1961- no han recibido demasiados envites en favor de un triunfo de la selección anfitriona. Inglaterra, piensan lo hinchas, debería ganar si Dios existe, pero, cuando el frío cálculo se impone, la mayoría prefiere colocar su dinero a favor de causas más seguras. Y esto incluye algunas excentricidades. Por ejemplo, hay quien ha apostado por el número de jugadores que resultarán lesionados en los 31 partidos, o por el número de tarjetas amarillas que repartirán los árbitros. Según el dominical The Sunday Times, un anónimo ciudadano ha colocado su dinero sobre el número de goles que se marcarán. Todo lo que exceda de 73, le reportará beneficios -5.000 libras (un millón de pesetas) por cada gol que supere esa cifra tope. Si se marcan menos goles, el sujeto en cuestión perderá 200.000 pesetas por cada gol de menos. Puestos a elegir, y sin poner un solo penique en juego, los ingleses tampoco parecen favorecer a su selección en otros dos aspectos de menor importancia, la mayoría de los comentaristas encuentra directamente feo el uniforme que viste, y en cuanto al himno nacional inglés, en una puntuación del 1 al 10, recibió un escuálido uno, en una encuesta publicada por el diario The Independent.

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