_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

TurkyiImaz y nada más

La línea recta. La geometría nos enseña que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos. Y el camino más rápido, se supone. Pero en fútbol no es así, aunque los ingleses se empeñen en ignorarlo. El fútbol, como la guerra y el amor, necesita de la astucia, la paciencia, la maniobra de flanco, el roneo. Pero, ¡ay!, los ingleses se resisten a admitirlo, y por eso todavía hacen papelones como el de ayer.La paradoja. Y lo curioso es que sobre el campo había jugadores para intentar otra cosa: Gascoigne, Paul Ince, McManaman, Anderton, gente para elaborar o para desbordar por las alas. Gente a la que el culto a la forma tradicional de juego de la isla sacó del partido. El gol llegó en una de las rarísimas combinaciones maduradas entre Gascoigne, Ince y Shearer. El resto fue la nada.

Más información
Artur Jorge :"El fútbol moderno es otra cosa"
Inglaterra muestra sus miserias

Demasiado miedo. Suiza salió con demasiado miedo. Geiger, un veterano central con más de 100 partidos en su selección, fue situado como medio centro, como primera protección de la defensa. Era innecesario porque el juego inglés, tan previsible, no exigía mayores precauciones. Y con Geiger ahí, para Suiza, todo arrancaba mal.

Los cambios. Cuando Arthur Jorge se decidió a quitar a Geiger y hacer cambios que le inyectaran más fútbol a su equipo, entre otros la inclusión de Chapuisat, Suiza fue mucho más. Durante el último cuarto de partido Inglaterra vivió encogida en su área y todo Wembley contuvo el aliento. El empate fue quizá un premio corto para Suiza.

Turkyilmaz. Revivió un partido malo. Jugó aislado durante una hora larga. Al final, tuvo compañeros en los que apoyarse. Siempre lo hizo todo bien. Recibiendo de espaldas o de perfil, abriéndose a las bandas, buscando el remate o al compañero desmarcado. Todo un delantero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_