"Separaremos la gestión de la privatización"
El Ministerio de Industria ha puesto en marcha una amplia reestructuración de sus esquemas para orientar las llamadas políticas industriales horizontales. Pau Guardans apunta que esta refundación rompe con "la lógica de las políticas sectoriales aplicada duramte los últimos 30 años". Industria apunta discretamente hacia la extinción de los ejes transversales -siderometalurgica-, naval, textil, etcétera primer borrador sobre la política de privatizaciones que ha remitido a Economía y Presidencia para su discusión. En el borrador se definen las líneas básicas del proceso y el diseño de la Oficina de Privatizaciones.Pregunta. ¿Qué quiere decir privatizar?
Respuesta. Según el criterio de la UE, hacer que el Estado pierda el papel dominante en las empresas en las que participa.
P. Los socialistas ya han privatizado mucho...
R. Privatizar parcialmente es una contradicción en los términos. Privatizar un tramo no es privatizar.
P. ¿Cuál es el criterio básico que se aplicará?
R. Marcaremos un línea de separación entre la gestión y la privatización. Hay que separar; hay que ver quién gestiona y quién privatiza. Los socialistas privatizaban. Pero, por ejemplo en el caso de Repsol, su presidente, Óscar Fanjul, presentaba las privatizaciones de paquetes de acciones. Es decir, el gestor privatizaba. En cambio, a partir de ahora definiremos las tareas: los gestores gestionarán tratando de optimizar los resultados de las empresas y otras personas se encargarán de estudiar, desde el punto de vista del accionista, cuál es la mejor manera de privatizar.
P. ¿Y cuál es?
R. Probablemente no sea el precio de las acciones que se privatizan el elemento determinante o el único digo porque si quien privatiza es el gestor, entonces muchas veces sólo cuenta el precio de las acciones y se olvidan otras consideraciones industriales.
P. ¿Qué estructura tendrá el proceso privatizador? ¿Se integarán Sepi y Teneo?
R. El Ministerio de Industria ultima este tipo de extremos, que en cualquier caso no son el centro de la cuestión. El instrumento básico será la Oficina de Privatización.
P. ¿Cómo se creará esa oficina? ¿Se ha tomado como referencia el llamado modelo alemán, es decir, el que sirvió para privatizar las industrias de la Alemania del Este?
R. No. El modelo alemán fue simplemente recaudatorio, a cambio de que el Estado se sacaba de encima empresas. Consistió en decir: señor Estado, aquí tiene usted la caja con el dinero que le han pagado por estas empresas. Éste no es el proceso español. En nuestro caso la decisión política tiene un papel muy relevante. En la Oficina de Privatización estarán representados la Administración y el sector privado. En cada caso, la transferencia de lo público a lo privado se hará no sobre el criterio de caja, sino aplicando criterios industriales y de eficiencia.
P. Los miembros de la Oficina de Privatización que procedan del mundo financiero o industrial privado, ¿representarán a entidades o estarán a título personal?.
R. Mi criterio es que quienes participen en esta oficina lo hagan a título personal, por su valía profesional o por sus conocimientos.
P. ¿Cuántas personas formarán parte de esa oficina?
R. Unas 15 o 20. Se trata de crear un órgano operativo, muy ágil, en el que se encuentren responsables de la Administración, gestores y hasta académicos de reconocido prestigio.
P. ¿Quién será su máximo representante? ¿Cuál es el perfil de este cargo?
R. Sin que esté totalmente definido, pensamos en una persona vinculada al estamento funcionarial porque finalmente la decisión política del modelo de privatización corresponde al Ministro de Industria. Pensemos, además, en la importancia operativa del consejo de la Sepi o de Téneo y que la oficina no debe suplantar a estas instancias. La Oficina de Privatización tendrá más -sentido como instancia consultiva que como órgano operativo.
P. ¿No dependerá de Sepi o de Teneo?
R. Hay escenarios para todos los gustos.
P. ¿Colocará en Bolsa la oficina acciones de empresas públicas?
R. No, porque las colocaciones en Bolsa ya son transparentes en sí mismas y la oficina garantizará aquellos procesos en los que la transferencia al sector privado exija la existencia de un socio mayoritario, es decir, un comprador. O aquellos procesos en los que antes de vender las acciones conviene reordenar o desregular. En un caso como Argentaria, la oficina no tendría sentido porque el proceso ya está en marcha y existe un mercado transparente en la colocación de paquetes de acciones a los privados.
P. ¿Desregular es una forma de privatizar?
R. Desregular puede ser a veces un paso previo. Tomemos por ejemplo el sector eléctrico. El misterio estudia una modificación del marco de referencia en el que se involucra a todo el sector.
P. ¿El ministerio y la Generalitat han acordado la reordenación del mapa eléctrico catalán?
R. En Cataluña existen tres compañías con un mismo accionista, que es ENDESA. Esta no parece la mejor manera de gestionarlo. El esquema se podría simplificar, y en esta simplificación la Generalitat tiene mucho que decir.
P. ¿Cuál es la solución? ¿Fusionar ENHER, Fecsa e Hidrola? ¿Trocear ENDESA?
R. No se trata de trocear ENDESA. En este país hay pocas empresas grandes y ENDESA es una de ellas. Otra cosa es que tres compañías con un solo accionista forman un esquema complejo que debería simplificarse unificando por lo menos niveles de decisión.
P. ¿La fusión es la alternativa?
R. No necesariamente.
P. ¿Cómo se articulará en todo este modelo la participación de las autonomías?
R. Por un lado, a través de la vinculación ya existente en la Agencia Industrial del Estado, y por otro, es lógico que las comunidades autónomas puedan expresar sus criterios en la formación de los consejos de empresas públicas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.