Yeltsin promete "una vida normal" a los rusos

El presidente ruso, Borís Yeltsin, dio a conocer ayer en Perm, ciudad de los Urales donde estaba en gira electoral, el optimista programa que aplicará en los próximos cuatro años si gana los comicios del próximo día 16. "El principal objetivo de mi programa es garantizar un modo de vida normal para cada persona, para cada familia, para nuestra sociedad y para el Estado, sin revoluciones, alzamientos ni golpes de Estado".Yeltsin prometió que si es reelegido los sueldos y pensiones aumentarán y que compensará a las personas cuyos ahorros se vieron devaluados debido a las reformas económicas introducidas en 1992. Aseguró también que el país se recuperará y que para el año 2000 el crecimiento económico anual será de más del 4%, la inflación menos del 5% y el déficit presupuestario, nulo.

En política exterior, el líder ruso apostará por continuar profundizando la integración con los otros miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) -compuesta por la mayor parte de las repúblicas que formaban la URSS-, y por relaciones equilibradas con Occidente y Oriente. Prometió defender los derechos e intereses de los rusos que viven en el extranjero y confirmó sus planes de terminar con el servicio militar obligatorio y tener un ejército profesional para el 2000.

"Hoy el camino de Rusia es hacia adelante. No es digno de una gran potencia retroceder [...]. Estoy convencido de que juntos llevaremos a buen fin lo que hemos comenzado y que entregaremos a nuestros hijos una Rusia más rica, más fuerte, bondadosa y justa", concluyó Yeltsin.

En Chechenia, mientras tanto, la situación se agravó después de que las tropas rusas bloquearan Shalí -36 kilómetros al sur de Grozni- y se produjera un tiroteo con los independentistas en el que pereció un comandante guerrillero. Las conversaciones previstas para hoy entre las autoridades federales y los separatistas han sido suspendidas y se teme una reanudación de las hostilidades que puede hacer fracasar el acuerdo firmado el lunes en el Kremlin con el líder checheno Zelimján Yandarbíev.