'Halcones', religiosos y rusos integrarán el nuevo Gobierno de coalición israelí
El general retirado Ariel Sharon, el incombustible halcón de la derecha israelí y, en su calidad de ministro de Defensa, del Gobierno del Likud de Menájem Beguin, arquitecto de la invasión de Líbano en 1982, desempeñará una función importante en el equipo dirigido Benjamín, Bibi, Netanyahu. Sharon, cuyas primeras declaraciones al conocer la victoria de Netanyahu fueron para calificar de "grave error" para Israel la aplicación de los acuerdos de paz con los palestinos, aspira a regresar al Ministerio de Defensa, pero, según fuentes del Likud, el primer ministro electo ha considerado que eso daría una imagen excesivamente dura de su Gobierno. Bibi, decían ayer fuentes del Likud, piensa en Sharon para la cartera de Finanzas o la dirección de algún organismo racional de seguridad.Sharon ha sido, junto a los también militares profesionales y dirigentes derechistas Rafael Eitan e Isaac Mordejai, uno de los más activos pilares de la coalición del miedo que ha llevado al poder a Netanyahu. El cemento de esa conjunción de fuerzas políticas, sociales y religiosas, ligeramente mayoritaria entre el conjunto de los israelíes y ampliamente popular entre los judíos, ha sido un profundo recelo hacia los palestinos y, en general, los árabes y una gran nostalgia del proyecto del Eretz Israel, el Gran Israel bíblico, que quiso enterrar lsaac Rabin. A favor de Netanyahu han hecho también activa campana multitud de rabinos, entre ellos el centenario Isaac Kaduri, uno de los guías espirituales del partido religioso sefardí Shas, que, en la víspera de las elecciones, bendijo de Netanyahu.
Netanyahu, el primer jefe del Gobierno israelí elegido por votación directa, tiene 45 días para formar su Gabinete y someterlo al voto de confianza de la Kneset. Dado que el Likud sólo ha obtenido 31 escaños de los 120 del Parlamento, debe convertir en gubernamental la coalición electoral que le ha llevado al poder. Ayer se daba por casi hecho que Bibi conseguiría suficientes para formar Gobierno y alcanzar la aprobación parlamentaria.
Los tres partidos religiosos y ultraortodoxos con representación parlamentaria -un total de 24 escaños- están destinados a ser, tras el Likud, el principal componente del Gobierno. Esos partidos le exigirán al primer ministro un mayor respeto en Israel de las prescripciones religiosas judías, comenzando por la paralización de las actividades en el sagrado día del sábado. También la entrega de mayores fondos públicos para la enseñanza religiosa.
Netanyahu, sin embargo, necesita sumar fuerzas adicionales a las del Likud y los partidos de los rabinos. Los terrenos que exploraba ayer eran los del ultraderechista Moledet (dos escaños), que le anima a una política de intransigencia extrema respecto a los árabes, y los de las dos nuevas formaciones que han irrumpido con fuerza en el paisaje parlamentario: Israel Ba Aliya, el partido de los inmigrantes rusos de Natan Sharanski (siete escaños), y la Tercera Vía (cuatro diputados).
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