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Bélgica rechaza la entrada en el país el presunto etarra Enrique Pagoaga

El Gobierno belga negó ayer la entrada en el país alresunto etarra Enrique Pagoaga Gallastegui, Peixotín. La decisión belga ha satisfecho al Gobierno español porque es el primer paso para rechazar la demanda de asilo político presentada por el presunto activista de ETA. La decisión fue anunciada con un escueto comunicado difundido a través de la agencia oficial de noticias. Contra esta resolución caben dos recursos. Los representantes legales de Pagoaga Gallastegui ya han presentado el primero, que evitará su inmediata expulsión.

"La dirección general de la Oficina de los Extranjeros comunica que el ciudadano español Enrique Pagoaga Gallastegui", señala el texto, "ha sido objeto de una decisión de rechazo de entrada con expulsión este 31 de mayo de 1996. Esta notificación comporta una exposición de motivos detallada y las vías de recurso previstas por la ley".La orden de expulsión del país ha sido suspendida porque los defensores de Pagoaga se han apresurado a presentar un recurso ante el Comisario Real para los Refugiados Políticos, Marc Bossuyt. Éste comisario real puede ahora admitir a trámite la petición de asilo, y pronunciarse más adelante sobre el fondo de la cuestión, o rechazarla de entrada. En este último caso, Pagoaga todavía puede presentar otro recurso ante el Consejo de Estado.

La decisión de la Oficina de los Extranjeros ha sido muy bien recibida por la Administración española porque pone de relieve una fluidez de las relaciones hispano-belgas que no existió, hace pocos meses, en el caso de los presuntos colaboradores de ETA Luis Moreno Ramajo y Raquel García Arranz.

Hay también gran satisfacción, porque este primer pronunciamiento pone en tela de juicio la tesis difundida la víspera, a partir de comentarios de algunos funcionarios belgas a la Administración española, en el sentido de que el Gobierno de Bruselas negaría el asilo político a Pagoaga, pero facilitaría su entrada y residencia en el país porque no hay en vigor ninguna orden internacional de captura contra él.

A pesar del optimismo español, en el caso persisten aún buen numero de interrogantes de índole jurídica. Los abogados que ejercen la representación legal de Peixotín se proponen trabajar en dos líneas jurídicas diferentes.

Por un lado, argumentaran que se le debe otorgar el derecho de asilo o el de residencia y trabajo porque su cliente sí está reclamado por la justicia española y, a su juicio, Pagoaga Gallategui, en caso de expulsión, debería ser reenviado a España, y no a Venezuela, donde vivía deportado, ni a Francfort (Alemania), donde hizo escala el avión que le dejó en Bruselas.

Por otra parte, sostienen que Pagoaga pasó el control de pasaportes en Francfort, por lo que al llegar a Bélgica ya estaba en el "espacio Schengen" y podía entrar libremente sin necesidad de mostrar su documentación.

Según esta última interpretación, el hecho de que los documentos de identidad que portaba fueran falsos no es motivo par negarle la entrada en el país e impedirle la obtención de un permiso de trabajo en calidad de ciudadano comunitario sobre el que no pesa ninguna orden de detención en Bélgica.

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