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Prestigio envuelto en números rojos

'Die Zeit', el medio escrito más respetado de Alemania, camino del cambio de propiedad

El semanario liberal Die Zeit, que con 50 años recién cumplidos es una de las instituciones del periodismo en Alemania, camina de forma inexorable hacia el cambio de propiedad. Todo parece indicar que la redacción de Die Zeit no podrá hacer uso del derecho prioritario de compra y reunir los 140 millones de marcos necesarios (11.630 millones de pesetas) para hacerse con el control. El editor Georg von Holtzbrinck está dispuesto a pagar esa cantidad por este semanario editado en Hamburgo, que formará parte del patrimonio de un poderoso grupo multimedia.El pasado febrero Die Zeit cumplió medio siglo. Unos meses antes había muerto el legendario Gerd Bucerius, fundador del semanario, quien durante casi tres décadas, hasta 1975, había pagado de su bolsillo las continuas pérdidas de una publicación que proporcionaba todo el prestigio imaginable, pero no salía de los números rojos.

Bucerius, diputado democristiano hasta 1962, en los duros años de la era Adenauer, fue un modelo de editor liberal, que permitía que en su periódico se escribiese hasta en contra de sus ideas. Esto no impedía que agarrase tremendos cabreos y que el director tuviese que enzarzarse en apoteósicas broncas con el propietario, que solía zanjar las disputas con un artículo suyo en Die Zeit, en el que Bucerius fijaba sus puntos de vista.

Con motivo del medio siglo de Die Zeit uno de sus tres actuales editores, Theo Sommer, rememoraba aquel 21 de febrero de 1946, cuando en una ciudad todavía en ruinas por los bombardeos de los aliados "un puñado de idealistas se reunió bajo el escaso reflejo de una lámpara de petróleo hecha a mano en una habitación del bombardeado edificio de la prensa de Hamburgo" para escribir la primera edición del semanario, que salió a la calle con ocho páginas y una tirada de 25.000 ejemplares.

Reconoce Sommer que los primeros compradores fueron los pescaderos y verduleros, que lo utilizaron para envolver sus productos. Buen destino para este semanario que, 50 años después, sigue fiel a su formato de sábana, con tinta por todas partes y apenas ligeras concesiones a la diagramación y la gráfica de la era del ordenador. Esto no ha impedido que llegue hoy día a una tirada de casi medio millón de ejemplares y sirva para cubrir un hueco indispensable en los sobacos más ilustrados de Alemania. Lenguas viperinas afirman que Die Zeit es un periódico que "se compra el día de su aparición, los jueves, para leerlo durante el fin de semana, pero que en realidad no se lee nunca". Esto es una infamia, porque Die Zeit es sin lugar a dudas el medio escrito más prestigioso de Alemania.

En el balance del medio siglo escribía Sommer: "Somos escépticos, pero no burlones, y serios, sin caer en el malhumor. Pronunciamos la palabra de la reflexión tranquila, no de la pasión acalorada, y esto lo hacemos desde el observatorio situado en el punto medio de la disputa".

A fines de abril estalló la bomba. El trío de editores que, junto con Theo Sommer, forman la legendaria condesa de 86 años Marion Doenhoff y el ex-canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, anunciaron que Die Zeit había sido adquirido por el grupo editorial Holtzbrinck, que se compromete a respetar el espíritu que inspiró a los fundadores del semanario y el estatuto que concede a la redacción un amplio derecho de cogestión.

En una primera reunión con la redacción, el nuevo propietario del semanario pidió que le dejaran llevar adelante la adquisición del mismo y argumentó que a su edad, a mediados de la cincuentena, sería la última oportunidad de empezar una nueva empresa.

Todo esto suena un poco a falsa modestia. El grupo Holtzbrinck, con sede central en Stuttgart, lleva camino de convertirse en uno de los grandes consorcios editoriales y de prensa alemanes. El volumen de ventas del año pasado llegó a 2.700 millones de marcos (225.000 millones de pesetas), posee varias de las editoriales más prestigiosas en lengua alemana, media docena de destacados periódicos regionales, el más fuerte diario y semanario de información económica, un 15% en el canal privado de televisión SAT 1 e importantes participaciones en servicios de noticias económicas y medios extranjeros. Con Die Zeit el grupo Holtzbrinck coloca sin duda una joya en la corona de este imperio editorial.

Los editores de Die Zeit y buena parte de la redacción consideran que pasar a depender de un grupo editorial fuerte garantiza el futuro del semanario. Ya en vida de su fundador, Bucerius había coqueteado con el grupo Bertelsmann, para vender Die Zeit al poderoso imperio editorial. La operación fracasó entonces, pero Bucerius estaba convencido de que sólo dentro de un grupo multimedia era posible subsistir a la larga.

Muchos miembros de la redacción aseguran que Holtzbrinck es el menos malo de los posibles propietarios e incluso afirman que será posible conservar la línea. En una nota publicada en primera página bajo el título "Lo que nos concierne", el director del semanario, Robert Leicht, escribió: "La redacción puede que padezca melancolía. A pesar de ello tiene motivo para la confianza".

La competencia se ríe un poco por lo bajo del mal ajeno. No falta una cierta sensación de placer al ver cómo Die Zeit ha perdido la virginidad conservada durante medio siglo y ahora tendrá que someterse de lleno a las rudas reglas del mercado abierto.

Incluso en las filas de Die Zeit se admite que al semanario le ha salido una especie de hijo tonto con el suplemento en color. Las pérdidas son millonarias y la pregunta obligada es si el nuevo empresario estará dispuesto a soportarlas.

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