Juppé confirma y condena la muerte de los trapenses

El primer ministro francés, Alain Juppé, se encargó personalmente de confirmar de forma definitiva la muerte de los siete monjes franceses. "Han sido asesinados en condiciones que se sitúan más allá de la barbarie", dijo Juppé ante las cámaras de televisión. El presidente Jacques Chirac se hizo eco de la enorme conmoción causada en Francia por el múltiple asesinato, con un comunicado en el que expresaba, en nombre de sus conciudadanos, "las condolencias de la nación". "Me inclino ante su memoria", escribió Chirac.El líder de la oposición, el primer secretario socialista, Lionel Jospin, expresó su "horror y compasión" por el suceso. "Horror ante los asesinos, compasión por los monjes", afirmó. El Senado se unió al duelo con un minuto de silencio. El Consejo de los Musulmanes en Francia expresó por su parte su "cólera y aflicción profunda" ante la abominable matanza.

Durante todo el día de ayer, el Ministerio de Exteriores insistió en que nunca había existido "el menor conato de negociación" con el GIA, y repitió su "llamamiento solemne" a todos los franceses para que abandonaran Argelia lo antes posible. "La seguridad de los franceses, incluyendo a los religiosos, está en muy grave peligro", dijo el ministro de Exteriores, Hervé de Charette. Quedan en Argelia unos 2.500 franceses, de los que unos 300 son religiosos. El resto son, en su mayoría, ciudadanos franceses nacidos en Argelia que se negaron a irse con la descolonización y se niegan a irse ahora.