Alemania sigue siendo el objetivo prioritario del espionaje del Este
La caída del muro y la desaparición del llamado telón de acero no han dejado en paro a los espías de Rusia y países del este europeo, que todavía consideran Alemania un objetivo prioritario de sus esfuerzos. Así se desprende del informe anual de la Oficina Federal de Defensa de la Constitución (BfV), servicios secretos de contraespionaje y lucha contra el extremismo político. Recoge además el informe un ligero incremento en 1995 del número de extremistas de izquierda, unos 35.009 (33.700 en 1994), y al mismo tiempo un descenso importante de los militantes ultraderechistas, 46.100 (56.600 en 1994).
Con el ritual de costumbre, el ministro federal del Interior, el democristiano Manfred Kanther (CDU), presentó ayer en Bonn el informe anual de la BfV, uno de los tres servicios secretos alemanes y el único. que da cuenta pública de su trabajo, en forma palpable de informe multicolor con más de 250 páginas: rosa para el extremismo de izquierda, amarillo el de derecha, azul las actividades de los extranjeros y verde las de espionaje. Un sinfín de tablas, cuadros y texto reflejan los esfuerzos de espías, terroristas, ultraderechistas y ultraizquierdistas contra el orden constitucional alemán.Kanther calificó de "desfachatez política de primera clase" que los países del antiguo Pacto de Varsovia persistan en sus actividades de espionaje, sobre todo por volver contra Alemania de esa forma la múltiple ayuda que reciben. Esto, según el ministro, constituye "un grotesco atentado contra las buenas costumbres". Subraya el informe de la BfV el ascenso en Rusia de expertos en Alemania a puestos directivos en los servicios de espionaje. Esto se interpreta como prueba del interés de Rusia por Alemania; "esto se aprecia en una presencia fuerte, en comparación con otros Estados europeos, de rusos pertenecientes a los servicios de espionaje en las llamadas residencias legales, así como las frecuentes tentativas descubiertas de oficiales del espionaje ruso para conseguir visados de entrada en Alemania".
Entre los objetivos del espionaje ruso cita el informe de la BfV informar sobre la postura de Occidente ante la política exterior y de defensa de Rusia, en especial ante el tema de Yugoslavia, y también la postura de los Gobiernos europeos sobre la ampliación al Este de la OTAN. Un campo importante para el espionaje ruso es la economía y la tecnología.
Otros países del este europeo, como Rumania, Polonia y Bulgaria, "continúan todavía hoy su actividad contra Alemania y colocan colaboradores encubiertos en sus representaciones diplomáticas en Alemania. La simple declaración de que se ha renunciado al espionaje no siempre es creíble. Mientras dure la presencia de esos agentes encubiertos en sus residencias legales en Alemania, los, servicios de contraespionaje tienen que ocuparse de ellos y de sus actividades".
Entre los datos facilitados por la BfV figura que este organismo recibió el año pasado una asignación presupuestaria de 223.702.135,88 marcos (unos 18.600 millones de pesetas) y que cuenta con 2.219 empleados. El sistema cibernético de la BfV almacena datos relacionados con la seguridad del Estado de 947.501 personas.
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