Los comunistas aseguran que las presidenciales en Rusia no serán limpias

Los dirigentes comunistas rusos evidenciaron ayer que no tienen una idea clara de cómo reaccionarán en el caso de que le arrebatasen la victoria a su candidato a la presidencia de Rusia, Guennadi Ziugánov, en los comicios del próximo 16 de junio. En una conferencia de prensa celebrada ayer, Víktor Iliujin, jefe de la Comisión de Seguridad de la Duma (Cámara baja del Parlamento), manifestó que "los resultados de las elecciones serán simplemente falsificados" y que "el presidente no será elegido, sino nombrado por la Comisión Electoral Central".

Para Iliujin, un ex fiscal del ala dura del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), la Comisión Electoral Central, que es la entidad encargada de contar los votos, anunciará la victoria del actual presidente, Borís Yeltsin, aunque el ganador sea Ziugánov. La vigilancia del recuento de votos constituye, según explicó lliujin, la única medida para controlar las elecciones de la que dispone el denominado Bloque de Fuerzas Patrióticas (BFP), formado por el PCFR y el conjunto de variopintas entidades que se han aglutinado en torno a esta formación.Valentín Kuptsov, el jefe de la campaña electoral del líder comunista, aseguró a su vez que disponía de una red de observadores de 200.000 personas. Estas controlarán no sólo los colegios el día 16, sino también las votaciones previas de las personas desplazadas, las urnas que se llevan al domicilio de los enfermos, las listas de votantes y las comisiones electorales territoriales, que son las más propensas a la influencia de los jefes de las administraciones locales.

Guennadi Ziugánov, que asistía ayer a la conferencia de prensa junto con Iliujin y Kuptsov, señaló, sin entrar en detalles, que "existen suficientes resortes para hacer cumplir la voluntad popular". En opinión de los observadores, en el caso de no estar satisfecho con los resultados oficiales, Ziugánov no tiene intención de pedir a sus partidarios que salgan a la calle.

A menos de un mes de los comicios, la Duma Estatal dio un paso más para regular -por primera vez en la historia de Rusia- la transferencia de poderes presidenciales, al aprobar en segunda lectura la ley correspondiente. El texto legal, que tiene que pasar aún varios trámites y ser firmado por Borís Yeltsin para entrar en vigor, previsiblemente no encontrará resistencia, ya que los comunistas se avinieron a aceptar que el futuro presidente de Rusia suspenda su militancia de partido mientras dure su mandato.

Este punto, que refuerza la independencia del futuro presidente frente a las formaciones que le llevan al poder, fue el más conflictivo en las numerosas reuniones mantenidas por los grupos políticas parlamentarias para consensuar el texto. Este prevé la entrega del maletín nuclear el día de la toma de posesión del cargo y de juramento del presidente. Éste se producirá un mes después del anuncio del resultado electoral.

El programa electoral del candidato comunista no ha sido publicado todavía, pero ha sido atacado por diversos medios de comunicación que acusan a Ziugánov de querer renacionalizar las empresas privatizadas. El programa, según algunos datos hechos públicos ayer por Yuri Masliukov, jefe del comité económico de la Duma y máxima figura económica del PCFR, contempla tres etapas, en las cuales se potenciará la industria ligera mediante medidas proteccionistas de defensa de la producción nacional (1996-1997), se consolidará una reforma estructural de la economía (1998-2000) y se adoptarán medidas de liberalización y salida al mercado exterior en un último periodo que durará hasta el año 2005.

Masliukov se pronunció ayer a favor de que el Fondo Monetario Internacional cambie su actitud hacia Rusia y envíe expertos más cualificados.