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Maniobra equivocada

El vicepresidente de Suráfrica, F. W. de Klerk, puede haber tomado la decisión de retirarse del Gobierno de unidad nacional con la mejor intención. Pero lejos de contribuir a garantizar una democracia multipardista vigorosa y estable, podría suponer un retroceso en los esfuerzos de Suráfrica por liberarse de las políticas raciales del pasado.De Klerk considera que la política económica del Gobierno es acertada en principio, pero que su aplicación ha sido titubeante, incluyendo el lento ritmo de privatizaciones. Ahora, puede atacar la influencia en el Gobierno del Congreso de Sindicatos Surafricanos (cosatu) y del partido comunista. (...)

Sin embargo, De Klerk primero debería haber puesto en orden su propia casa. Buena parte de la vieja guardia del Partido Nacional sigue en sus puestos. No ha logrado atraer savia nueva y, sobre todo, no ha conseguido un apoyo significativo de los negros, estableciendo una identidad no racial que trascienda su historia. (...) Cerrar filas será la respuesta instintiva de la coalición entre el Congreso Nacional Africano, el Cosatu y el partido comunista cuando se vea atacada por un partido de liderazgo blanco y con apoyos predominantemente blancos. Irónicamente, De Klerk corre el riesgo de enquistar la raza en la política surafricana a costa de lo que él mismo trata de lograr: un partido multipartidista en el, que las adhesiones se determinen por las políticas, no por el color.

15 de mayo

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