Quejas porque la conservera incautada a los Charlines vuelve a manos del clan
El auto dictado el pasado 6 de mayo por el juez Baltasar Garzón por el que se deja sin efecto la administración judicial sobre la empresa conservera Charpo, de Vilanova de Arousa (Pontevedra), propiedad del clan de los Charlines, y que, por tanto, implica el retorno a su cargo de gerente de Oscar Charlín Pomares, hijo de Manuel Charlín Gama, bajo la tutela de dos administradores judiciales, ha causado gran malestar entre las trabajadoras de la empresa conservera.
En el auto dictado por Baltasar Garzón se reconoce que desde que se produjo la intervención. judicial en la empresa Charpo, en noviembre de 1995, se, ha constatado la pésima situación de la conservera, que en gran medida ha funcionado sobre una base económica falsa. Las trabajadoras de Charpo han solicitado a Garzón que anule el auto del 6 de mayo porque consideran que han sido engañadas por los administradores judiciales, ya que a finales de abril les comunicaron que estaban arreglando la empresa y les prometieron que a mediados de mayo comenzarían a trabajar, una vez finalizadas las obras de reforma.
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