Un fraude de 6.000 millones implica a seis concejales 'tories'
El escándalo de venta de pisos a cambio de votos que sacudió al Ayuntamiento londinense de Westminster a finales de los años ochenta cruzó ayer una nueva frontera de gravedad política, al decidir un auditor oficial que seis concejales tories implicados en el escándalo deben devolver 6.000 millones de pesetas gastados indebidamente.
Pese a constituir un escándalo menor, circunscrito al ámbito de la Administración local, la historia de la venta de pisos del Ayuntamiento de Westminster está llena de resonancias thatcheristas. Shirley Porter, responsable máxima del Ayuntamiento controlado por los conservadores, era a finales de los años ochenta una especie de Margaret Thatcher municipal. La rica heredera de la cadena de supermercados Tesco y su grupo municipal decidieron asegurarse el éxito de los conservadores en las elecciones locales de 1990 mediante una curiosa política de limpieza étnica de carácter ideológico.
Los pisos del Ayuntamiento en el área de Westminster eran vendidos poco a poco a votantes tories, de manera que los inquilinos de inclinaciones laboristas eran sustituidos por vecinos más afines.
De acuerdo con el informe presentado ayer por el auditor de distrito, John Magill, Porter y otros cinco concejales gastaron más de 31 millones de libras (unos 6.000 millones de pesetas) en este proceso de realojamiento de votantes. Magill acusó a los seis principales responsables del Ayuntamiento, todavía hoy regido por los tories, de "caciquismo" y de uso ilegal de dinero público gastado "deliberadamente" en aras de un nuevo triunfo electoral del Partido Conservador.
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