La delegada del Gobierno se despide sin que se conozca aún su sustituto

La delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Pilar Lledó, de 52 años, se despidió ayer -justo a los 17 meses de haber sido nombrada- sin conocer aún quién la reemplazará. Lledó, en su adelantado adiós -aún permanecerá una semana en el cargo, hasta que se nombre al sustituto-, repasó su gestión, de la que destacó el aumento en la participación ciudadana en los problemas de seguridad, la reducción de los brotes de la violencia juvenil y la mejora de la colaboración institucional con el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad."Hemos tenido incendios, terremotos, inundaciones e inmensas nevadas, y Ruiz-Gallardón siempre ha sido ampliamente generoso conmigo", indicó. El consejero de Presidencia de la Comunidad, Jesús Pedroche, del PP, respondió ayer a este parabién con otro: "Le doy un 10. Pilar Lledó es una mujer de gran sensibilidad y serenidad, con la que el color político nunca ha sido obstáculo. Ella y su equipo han puesto la colaboración en su nivel más alto". La delegada también se refirió a las manifestaciones. "Todas han sido consensuadas, y todos hemos cedido. Ha sido un triunfo del diálogo y la colaboración el haber acabado con los incidentes, y ello pese a que han aumentado un 20%", añadió Lledó.

En el capítulo de objetivos incumplidos, la delegada mencionó el crimen de Moncloa, aún no resuelto, y el realojode los chabolistas del Cerro de la Mica, quienes todavía viven en condiciones infrahumanas, "tras seis años de promesas incumplidas". A esta "cara negra" de su mandato, la delegada añadió los atentados terroristas y la imposibilidad de capturar al comando Madrid.

Sobre su futuro, Pilar Lledó mantuvo la incógnita, aunque no negó -nunca lo ha hecho- que una de sus ilusiones sería ocupar la alcaldía de Alcalá de Henares (166.000 habitantes), ciudad en la que nació y donde se fraguó políticamente en los setenta como dirigente vecinal. En estos momentos gobierna en Alcalá el PP en minoría