La moral de un juez

Los magistrados acceden a la magistratura tras haber cursado los estudios de Derecho y aprobar unas oposiciones cuyo programa de materias, también de índole legal, es casi tan extenso como en la licenciatura. Obvio es decir que un juez conoce perfectamente toda la normativa legal: derecho penal, procesal, etcétera, gran Parte de la jurisprudencia, los supuestos dolosos, tipificaciones judiciales, penas y castigos que contemplan las leyes españolas, amén de las circunstancias agravantes, atenuantes y eximentes de cada caso. Por todo lo anterior, y quizá también por la impresionante vestimenta con que ejerce su función, el juez, los jueces, han tenido siempre una imagen de seres respetados, intocables, justos e incorruptibles. Su sacerdocio les situaba ante el Juan Español sobre un pedestal de respeto y de casi deificación.Por ello, cuando un juez como Pascual Estevill parece tener pies de barro, actúa supuestamente como ha actuado, con una supuesta amoralidad digna de ser emulada por cualquier chorizo listo, uno, tras una primera reacción de consternación y vergüenza ajena por su incalificable comportamiento, no logra comprender que semejante juez continúe siendo vocal del Consejo General del Poder Judicial.