Risas
El domingo pasado estaba yo sentada hablando con un amigo en un parque cuando apareció un chico saltando, dando puñetazos en el aire y hablando con alguien transparente. Un grupo de jóvenes que estaban apoyados en un coche comenzaron a gastar bromas entre ellos, imitando y burlándose del chico tan raro que acababa de pasar frente a ellos con esa danza nerviosa; las madres de los niños que jugaban en la arena comenzaron a hablar en voz baja y a mirar al ingenuo bailarín. Siempre ocurre lo mismo. Entiendo que no puedo esperar que hagan como si no se hubieran dado cuenta de que ha pasado por delante de ellos una persona, digamos, diferente. Lo increíble es cuando vi que tras de mí había un local llamado Afándem (Asociación de Familiares y Amigos de Niños Deficientes en Móstoles): entonces imaginé a todos los niños que se habrían visto acosados por las humillaciones de personas diferentes a ellos.¿Es que acaso no se ha enterado la gente de que los disminuidos psíquicos existen? Si es así, cada vez que una persona con una capacidad mental diferente a la de los, digámoslo así, normales pase por delante, tendrá que aguantar las risas, burlas, cuchicheos y descaradas miradas de otros cuantos ignorantes-
