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Sarajevo detiene a dos de los suyos como presuntos criminales de guerra

El Gobierno de Sarajevo arrestó ayer a dos de sus ciudadanos perseguidos por el Tribunal de La Haya por su responsabilidad en los crímenes cometidos contra serbios en 1992 en el campo de Celebici, en Konjic, anunció ayer el portavoz de la corte que persigue los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia. "Es la primera vez que una de las partes que firmaron los acuerdos de Dayton ejecuta un mandato de arresto del tribuna", precisó Christian Chartier.

Los dos bosniomusulmanes han sido identificados como Hazim Delic y Esad Landzo, encausados junto con otros dos sospechosos por los asesinatos de civiles serbios perpetrados en aquel campo de Bosnia central, al comienzo de la guerra. El Tribunal de La Haya acusó a Delic el 22 de marzo pasado de cuatro asesinatos, y de cinco a Landzo.En el mismo sumario, el primero abierto contra musulmanes por el fiscal Richard Goldstone, figuran Zejnic Delalic y Zravko Mucic. Este, jefe del campo, fue entregado al tribunal por Austria el 9 de abril. Delalic, detenido en Múnich, será llevado próximamente a La Haya.

De otra parte, uno de los dirigentes serbobosnios más próximos a Radovan Karadzic, Momcilo Krajisnik, presidente del autoproclamado Parlamento de Pale, ha declarado que los líderes de los separatistas serbios están dispuestos a abandonar el poder si Belgrado se lo exige. Es la primera vez que un personaje relevante vincula públicamente la salida de quienes mandan en la Republika Serpska -Karadzic y el general Ratko MIadic, encausados ambos como criminales de guerra- a los imperativos políticos del líder serbio Slobodan Milosevic.

"No queremos hacer una política que vaya en contra de Serbia, queremos cooperar estrechamente con sus dirigentes y, si es necesario, aceptaremos todos ser reemplazados con tal de que la Republika Serpska sea preservada", dijo Krajisnik, citado por la agencia independiente Beta. El político serbobosnio no precisó si el presidente Milosevic ha exigido formalmente la retirada de Karadzic y MIadic, reclamados por el tribunal de La Haya. La prensa serbia más adicta al régimen repite que es indispensable que ambos cabecillas dejen sus puestos, tal y como se estableció en los acuerdos de paz de Dayton, que Slobodan Milosevic firmó en nombre de sus aliados en Bosnia.

El coordinador civil para la reconstrucción de Bosnia, Carl Bildt, dijo ayer en Atenas que los criminales de guerra serbobosnios bloquean la normalización de su país. Bildt señaló: "No podemos aceptar que [Karadzic y MIadic] sean interlocutores políticos" y afirmó que "se va a encontrar una solución a esto".

La ONU precisó ayer que son ya tres los musulmanes muertos por bala en territorio serbio a raíz de los incidentes ocurridos el lunes pasado cerca de Doboj, cuando un grupo de civiles serbobosnios armados impidió a otro de musulmanes visitar un cementerio en esta localidad.

Alerta sobre Kosovo

Bildt advirtió en Atenas que la reciente oleada de violencia interétnica en Kosovo -región serbia mayoritariamente poblada por albaneses de origen- amenaza el proceso de paz en Bosnia. "Estoy muy preocupado", dijo a los periodistas el ex primer ministro sueco, que pidió a Belgrado y Tirana que busquen una solución política, "una especie de autonomía", e impidan la extensión de la crisis. Las siempre tensas relaciones entre serbios y albaneses en Kosovo -donde éstos alcanzan el 90% de una población de dos millones- se dispararon la semana pasada. Dos muchachos albaneses resultaron muertos, uno a tiros y otro por una bomba, y cinco serbios fallecieron por heridas de bala.La responsable de la ONU para los derechos humanos, Elizabeth Rehn, llegó ayer a Pristina, capital de Kosovo, para entrevistarse con los líderes de la oposición albanesa a Belgrado.

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