Convidados de piedra

Aliados en la política española, pero apenas amigos en la catalana. Al pacto sellado el domingo por la noche entre José María Aznar y Jordi Pujol no le seguirá otro en Cataluña entre los mismos partidos para garantizar la estabilidad del Gobierno de la Generalitat, que está en minoría en el Parlamento autónomo. El PP catalán quedará en la oposición. Pero no porque lo desee, sino porque Pujol considera que el apoyo prestado a Aznar obliga a los conservadores a moderarse en Cataluña. Eso le basta.Ésta fue también la posición en que estuvieron los centristas catalanes de UCD entre 198.0 y 1982, cuando CiU sostuvo los gobiernos de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo. Y ha sido la de los socialistas catalanes, desde 1989, cuando el PSOE perdió la mayoría absoluta.

El presidente del PP en Cataluña, Aleix Vidal-Quadras, ha quedado prisionero de la teoría de la simetría, idea acuñada por él mismo cuando se iniciaron las negociaciones entre Rodrigo Rato y Joaquim Molins. Entonces, Vidal-Quadras dijo que sena generoso con CiU en la misma medida en que los nacionalistas lo fueran con. el PP. Para facilitar las negociaciones, echó el freno a su oposición en el Parlamento autónomo, retiró propuestas incordiantes y ha apoyado al Gobierno de CiU en cuantas votaciones ha hecho falta.

Así que el pacto no se extiende a la política catalana, pero el PP catalán queda obligado por él. Vidal-Quadras lo admitió ayer: "En la medida en que CiU sea una colaboradora leal del Gobierno de Aznar, ajustaremos nuestra actitud en el Parlamento catalán a esa circunstancia".