Secuestro inhumano

Si las condiciones y circunstancias en que discurrió el prolongado secuestro del señor Aldaya acontecieron como ha trascendido, éstas pueden calificarse como totalmente inhumanas: un zulo de unos seis metros cúbicos de espacio es un féretro más para un inquilino biológicamente vivo, de ansiedad y angustia por lo imprevisible de su futuro.¿Qué habrá pasado por la atormentada mente de este ser humano durante sus 11 meses de cautiverio? Sin escuchar ruido alguno, supuestamente sin hablar con nadie ni ver una cara, aunque fuese la de alguno de sus guardianes. Nada de noticias de información general, radiadas ni gráficas. Sólo información deportiva. En esas condiciones, ¿leía con algún interés si había ganado la Real, el Barcelona o si le habían anulado un gol al Athletic.

Cuando la integridad anímica de su familia, las vicisitudes de su empresa y su propio devenir personal eran un cero informativo, ¿tendría algún interés para él que el Athletic de Bilbao ganase un domingo por dos goles de diferencia o que Sánchez Vicario fuese eliminado de la Copa Davis? No cabe duda de que para soportar, sin graves traumas, una tremenda prueba como ésta se requiere una gran fortaleza psíquica y moral.-