El G-7 discute medidas para combatir la desaceleración de las economías europeas
ENVIADA ESPECIALLos responsables financieros del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del mundo se reunieron ayer en Washington para intentar coordinar medidas que ayuden a Europa a superar su actual estancamiento. Mientras que EE UU crece de forma sostenida y la recuperación en Japón es ya un hecho, las dos principales economías europeas, Alemania y Francia, han visto sus perspectivas de crecimiento reducidas a la mitad para este año. Washington instó a sus socios europeos a reducir más s tipos de interés y éstos dejaron claro su deseo de que continúe apreciándose el dólar, lo que aumenta su competitividad y, por tanto, impulsa el crecimiento.
Europa ha sustituido a Japón, que sale ahora de la peor recesión de su historia, como foco de preocupación en el G-7 (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá), cuyos representantes se reunieron ayer en Washington de forma paralela a la cita del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. El G-7 intentó, pese a todo, lanzar un mensaje de optimismo en el comunicado que dio a conocer al término de la reunión. "Creernos que pese a la reciente pausa del crecimiento en algunos países, los datos fundamentales del G-7 son muy esperanzadores, especialmente en lo que respecta a la reducción de la inflación". En Europa, éste es de hecho el único desequilibrio que está bajo control. Mientras, unas políticas fiscal y monetaria restrictivas han reducido de forma drástica el crecimiento y ensombrecido las hasta ahora optimistas perspectivas al respecto. El estancamiento que registra Europa desde el segundo semestre de 1995 ha obligado al F-MI a revisar a la baja -del 4,1% al 3,8%- el crecimiento en el mundo para este año.El ministro de Finanzas alemán, Theo Waigel, reconoció poco antes de la reunión que el 1% que vaticina el Fondo que crecerá este año Alemania es "muy realista", aunque aseguró que la posibilidad de que la locomotora europea entre en recesión está descartada. La economía francesa, mientras, no se espera que crezca más de un 1,3%. Sin margen para estimular sus economías con paquetes fiscales, por la necesidad de reducir los déficit públicos para alcanzar la moneda única, la política monetaria es el único instrumento para volver a crecer e intentar reducir unas tasas de paro récord. La inflación, en los niveles más bajos desde hace 30 años, no sería impedimento.
"El debate de la reunión se ha centrado en cómo hacer compatible la consolidación fiscal con el crecimiento económico, especialmente en Europa", declaró en conferencia de prensa Robert Rubin, secretario estadounidense del Tesoro. A pesar de la reciente y generosa bajada de tipos de interés en Alemania, EE UU se unió a la llamada del FMI para que Alemania y Francia sigan reduciendo sus intereses pues, argumenta, están comparativamente altos con respecto a los niveles aplicados en Estados Unidos y Japón en momentos similares del ciclo. En la actualidad, la tasa de descuento alemana está en el 2,5%. Japón llegó a reducirla al 0,5% el año pasado.
Además, un recorte del precio del dinero ayudaría a debilitar sus monedas frente al dólar, un objetivo que persiguen los dos principales economías europeas. Unos tipos de interés más bajos reducen la rentabilidad de los activos denominados en esa divisa. De hecho, la rebaja de las tasas alemanas la semana pasada ha situado al dólar frente al marco en el nivel más alto de los últimos 14 meses.
El propio Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank (banco central alemán), normalmente reacio a hablar de los tipos de cambio, declaró ayer a un grupo de periodistas que la corrección al alza del dólar debe continuar. Desde los mínimos históricos a los que cayó el año pasado, la moneda estadounidense se ha apreciado más fuertemente en los últimos meses con el yen (más de un 30%) que con las monedas europeas (un 15%).
Estados Unidos y Japón, cuyos desequilibrios comerciales se han reducido en los últimos meses gracias a la recuperación japonesa, expresaron su conformidad con el nivel actual del dólar. En este sentido, en el comunicado del G-7 sólo se reafirmó el compromiso de este grupo para cooperar en la estabilidad de los tipos de cambio "sólo cuando sea necesario", sin hacer mención expresa a la conveniencia de que el dólar mantenga su recuperación.
El G-7 también debatió la propuesta del FMI y el Banco Mundial para reducir la deuda tanto multilateral como bilateral de los 20 países más pobres del planeta. Rubin, que aseguró que el G-7 apoya esta iniciativa, declaró no obstante que para este foro el plan de condonación debe ser financiado principalmente por las dos instituciones multilaterales. El secretario del Tesoro no descartó, sin embargo, la posibilidad de ir más allá en el acuerdo alcanzado en Nápoles en 1994 que implicaba reducir en un 67% la deuda contraída por los países más pobres con el llamado Grupo de París, integrado fundamente por los Siete. El FMI y el Banco proponen al G-7 llegar hasta el 90% de condonación.
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