Antic rehuye la euforia y Cruyff lamenta los fallos
Los atléticos, recibidos en Madrid como campeones, agudizan la crisis azulgrana
Los vestuarios del Camp Nou fueron el punto de encuentro de los sentimientos colectivos más contrapuestos que puedan apoderarse de dos equipos. La euforia y la desolación fueron llevadas a su máxima expresión. La de ayer no era una batalla. Era la guerra misma la que se presumió que tuvo su desenlace. El Atlético se fue tan campante, consolidando su liderato, relegando a seis puntos al Barcelona (77 por 71) más una diferencia de goles favorable que le da un punto adicional. Todo ello cuando restan cinco jornadas para el final. La consigna entre sus huestes era no lanzar las campanas al vuelo. Radomir Antic, su entrenador., impartió esta doctrina muy confiado en que todos van a cumplirla: "Vamos a disfrutar de este triunfo como algo singular porque ahora la ventaja que tenemos es muy importante. Pero no nos vamos a dormir". El equipo atlético fue recibido con honores de campeón por varios centenares de seguidores en el aeropuerto de Barajas, al que llegó pasada la medianoche. El entrenador serbio, que por vez primera logró ganar a Cruyff a domicilio, avaló su sentencia: "No va a haber euforia después de un gran triunfo a pesar de que la ventaja es muy sensible". Antic fue concluyente: "Se ha impuesto nuestra mejor preparación en todos los aspectos, y si no hemos obtenido un resultado más amplio ha sido por el gol que anulado a Caminero. Hemos demostrado ser superiores. Sólo hemos tenido un pequeño problema defensivo por las acciones de Amor, pero hemos cambiado de banda a Roberto y ha quedado resuelto". Jesús Gil, presidente del Atlético, fue concluyente: "Si le ganamos el próximo sábado al Valencia, somos campeones".Si Antic y sus jugadores rechazaron la almohada que les confiere su importante ventaja en la clasificación, Cruyff se negó a lanzar la toalla. "Nunca hay que tirarla", dijo el técnico holandés. "Aunque lógicamente ahora la Liga se ha complicado muchísinio". Cruyff admitió el estado de conmoción en que la derrota dejó al vestuario azulgrana: "Mis jugadores no están saltando en el vestuario. Están bastante hundidos en estos momentos porque si ves tres copas en el horizonte...". Cruyff enfatizó como máximo problema de su equipo la falta de acierto en el remate. "La primera parte ha sido futbolísticamente muy buena. Si no me equivoco, nos hemos quedado cinco veces solos delante del portero. Incluso después del 1-1 hemos tenido dos o tres posibilidades. Con el 2-1 hubiéramos jugado con mayor tranquilidad, pero en lugar de ello, antes de salir nos han metido el 1-2 y entonces ha sido lógico que sufriéramos un bajón en nuestro juego. Por eso hemos hecho cambios. Hemos vuelto a tener dos o tres ocasiones más, pero el balón no ha entrado y si no entra, no se puede ganar". El técnico ratificó su confianza en el equipo: "No sólo ha querido. Ha demostrado que puede crear muchas posibilidades". Elogió al árbitro, restó trascendencia a su equivocación al anularle un tanto a Caminero y explicó como algo natural la reacción de su hijo al abrazarle tras el gol.
Caminero, que se quejó por el gol que le anularon en una acción en la que, según dijo, Sergi le hizo penalti, sufrió una rotura fibrilar en la pierna izquierda que le puede impedir jugar el próximo miércoles con la selección. Penev resumió el sentir de la plantilla atlética: "Ahora no tenemos que relajarnos y hay que rematar la faena". Busquets indicó: "No hemos machacado. Cuando no metes goles, lo pagas. La moral está muy baja. La Liga no está decidida, pero casi".
2.000 aficionados recibieron a la expedición en Barajas. Otros muchos lo celebraban desde tres horas antes en Neptuno.
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