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Ballesteros mantiene la fe

El cántabro pasa el corte gracias a un 'birdie' en el último hoyo y Faldo amenaza el liderazgo de Norman

Carlos Arribas

Los viernes de Masters son días de rendir cuentas. El torneo de Augusta las pide con el máximo rigor y ay de aquél que no presente un balance limpio y claro. Severiano Ballesteros estaba a punto de presentarse con un saldo emborronado hasta que un birdie milagroso le dejó en el cielo de los que pasaron el corte. Los 73 golpes de ayer (+ 1) igualaron la marca del día anterior y los 146 acumulados fueron precisamente la línea de demarcación entre los condenados y los salvados.En otras alturas, las de los que quieren jugarse el torneo, también el campo de Augusta empezó a pasar factura, castigando a los expertos en marcadores explosivos. Entraron en acción los pinares y los bunkers móviles, los lugares donde siempre caían las bolas de algunos, dieran el golpe como lo, dieran. Empezó a soplar la brisa, con lo que cambiaron las distancias de referencia; las más de 4.000 terminaciones nerviosas que llegan a las manos de un golfista a punto de dar un golpe se saturaron en el cuerpo de Mickelson, que partía con -7, y en el de Norman (-9). Era el pago por los favores prestados el día anterior: el zurdo de Arizona mostró escaso temple y capacidad en las situaciones límites; el tiburón australiano sólo mostró su cara crispada: los birdies no fluyeron. Aun así, Norman (-12) cumplió mejor que MickeIson (-6). El australiano, más experto, supo nadar sin ahogarse. Castigados los espectaculares y los débiles, el Masters supo recompensar a los pacientes y regulares. A los aburridos, como el surafricano de origen David Frost (-6) y a los ganadores, como el inglés Nick Faldo (-8), el único jugador, junto a Norman, que ha bajado de 70 golpes en las dos rondas (69 el jueves y 67 ayer). El hombre más peligroso; la persona, a la que nunca querría ver detrás de él Norman en un andén de metro. Y ahí le tiene, a sólo tres golpes de distancia.

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El juego de Ballesteros ayer fue también el de un equilibrista que no da con la línea recta. Excesos a un lado y a otro para acabar en el centro. Sus mejores golpes sólo sirvieron para compensar los regulares. Fue como el síntoma de su lucha para seguir adelante. La imagen de marca del nuevo Ballesteros. Inició su segunda jornada igual que la primera: con un golpe al bunker de la calle de 1, pero después todo fue un pelín diferente, algo más exagerado. Si el día anterior había partido desde el punto más bajo de su juego, ayer salió desde un momento de fe y confianza, acrecentada, dicen, por lo bien que ha asimilado los consejos impartidos por Butch Harmond, el entrenador de Norman, que le ha acompañado en un par de sesiones de práctica intentando mejorar su swing.

Hizo bogey en el 1, pero lo arregló con un birdie en el 3, donde pegó con el hierro un gran segundo golpe que dejó la bola muerta a pies del hoyo. El resto de la primera vuelta fue una mañana de grandes golpes en los momentos difíciles -saliendo de bunkers y de árboles, y putts lejanos para salvar el par- y de golpes regulares en situaciones normales. Quizás ahí esté la clave de su desmoronamiento en la segunda vuelta, en el birdie que tuvo a poco más de un metro en, el hoyo 9. Lo falló y perdió la oportunidad de meterse en números negativos. Los nueve segundos hoyos los comenzó cuesta abajo y los terminódando saltos. Salvó el par en el 15 después de caer al agua e hizo un birdie salvador en el 18.

Clasificación

1. Norman (Australia), 132 golpes (63 + 69), - 2. Faldo (Inglaterra), 136 (69 + 67), -8. 3. Frost (70 + 68) y Mickeison (65 + 74) (EEUU), 138, (-6). 5. Janzen (68 + 71) y Tway (67 + 72) (EEUU), 139 (-5).7. McCarron (70 + 70), Hoch (67 + 73) (EEUU), Sing, (69 + 71) (Fiyi),140 (-4). 10. Pavin (75+66) (EEUU) y Woosnam (72+69) (Gales), 141 (-3). 37. Ballesteros (73 + 73) (España), 146 (+2).

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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