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La piedra se moverá

Cultura hará un museo para el enigmático monolito romano de Cenicientos

Vicente G. Olaya

La Piedra Escrita de Cenicientos (1.800 habitantes), un monolito romano de siete metros de altura, entrará por la puerta grande. El consejero de Cultura, Gustavo Villapalos, anunció ayer: "Lo meteremos en unas dependencias municipales de Cenicientos y crearemos un museo en torno a él". "Creo" , afirmó el consejero, "que es un buen final para este maravilloso monumento que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado".Villapalos se refería a la polémica que ha rodeado desde hace meses este megalito. Todo comenzó en diciembre pasado, cuando el alcalde Jesús Ampuero, del PP, pidió ayuda a la Comunidad para estudiarlo. El monolito tiene grabadas en su centro tres figuras togadas, dos animales y unas letras ilegibles. Todos los arqueólogos que lo habían estudiado hasta entonces se mostraron incapaces de descifrar su significado. Había división de opiniones: unos lo consideraban un altar; otros, un templo, un ara de sacrificios o un monumento divisorio de los partidos judiciales romanos. A principios de año, Alicia Canto, profesora de la Universidad Autónoma, atraída por la polémica, decidió estudiarlo. Descubrió que se trataba de un altar del siglo II, levantado por un romano llamado Sisquinio que daba las gracias a la diosa Diana por la curación de su mujer. Canto reveló que la dificultad de desentrañar el significado de las inscripciones estribaba en que éstas habían sido deformadas durante la Edad Media. Alguien quiso convertirlas en una loa a la Virgen María.

El proyecto de la consejería, que será aprobado este -mismo año, consiste en trasladar la piedra desde su actual ubicación (a unos cinco kilómetros de Cenicientos) hasta unas dependencias municipales. Se instalarán paneles cronológicos sobre la época romana en que fue erigida, carteles con los datos conocidos sobre el monumento y vitrinas que contendrán los principales objetos encontrados en la zona y relacionados con el monolito. Se editarán también dípticos informativos para los visitantes. "Será una forma de enseñar la historia de esta parte de la región, tan desconocida para el resto de los madrileños", comentó VIllapalos. Al preguntarle si el traslado del megalito no viola el espíritu de la Ley de Patrimonio, que prohibe mover monumentos sin una causa justificada, respondió: "Deben prevalecer los criterios conservacionistas [el megalito ha sufrido graves daños en los últimos tiempos] a los puramente legalistas, que a veces pueden ser nefastos".

El alcalde comparte esta opinión. Ayer declaró: "La idea del consejero es la mejor solución posible para nuestro más importante monumento romano. ¡Ya era hora!". Unos 2.000 años.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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