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Peres planea una contundente represalia a los ataques de Hezbolá

El Gobierno del primer ministro israelí, Simón Peres, estudiaba anoche una dura respuesta a los ataques de los guerrilleros del Hezbolá libanés horas después de que andanadas de cohetes Katyusha se estrellaran en el norte de Israel causando 36 heridos. Tras una jornada de tensión en Galilea y nuevas amenazas del Hebzolá atrincherado en el sur de Líbano, no era del todo aventurado pronosticar una operación militar israelí de envergadura con el doble propósito de castigar a Hezbolá y satisfacer la creciente demanda israelí de severas medidas para garantizar la seguridad de sus habitantes.

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Con elecciones generales a menos de dos meses, Peres tiene muy en mente ambos objetivos. Pero ayer, durante una breve visita al pueblo Kiryat Shmona, que fue alcanzado por varios proyectiles, se abstuvo de revelar sus intenciones. "Nunca hemos anunciado nuestros planes militares y tampoco lo haremos ahora", declaró el primer ministro, cuya aparición provocó protestas.Nadie en Israel parecía ayer impresionado por las represalias a la ofensiva de Hezbolá. Cazabombarderos israelíes demolieron posiciones del movimiento guerrillero proiraní mientras la artillería de largo alcance azotaba las colinas al norte de la zona que Israel ocupa al norte. de la frontera internacional.

A través de su estación de radio La Voz de los Oprimidos, Hezbolá dijo que la última ola de ataques contra Israel fue en represalia por la muerte de un adolescente libanés fulminado el lunes por una mina israelí. Israel niega toda conexión con esa muerte. "Nuestras operaciones continuarán si el ejército israelí vuelve a bombadear nuestras aldeas", dijo Hezbolá.

Las posibilidades de una escalada están latentes. El comandante del Ejército en el sector norte, el general Amiram Levine, afirmó que "Hezbolá no puede seguir golpeando Kiryat Shmona o Galilea. Los residentes del sur de Líbano bajo el control de Hezbolá van a ser golpeados fuertemente. Ya hallaremos la forma de actuar correcta y rápidamente".

Los ataques se han convertido en un motivo de preocupación para Peres. El primer ministro había prometido que las fiestas de la Pascua judía, que terminan mañana, iban a ser tranquilas para los residentes del norte. Peres está ahora bajo presión de los mandos militares partidarios de lanzar una fuerte operación para destruir a Hezbolá, no sólo en el sur de Líbano, sino en el valle de la Bekaa, bajo control del Ejército sirio.

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