La policía local descubre un taller chino supuestamente clandestino
La Policía Municipal de Madrid descubrió ayer un taller de confección chino supuestamente ilegal. En el establecimiento, ubicado en el número 104 de la calle de Nicolás Usera, trabajaban tres chinos. Con ellos, los agentes encontraron a tres críos -de 13, 14 y 15 años- que, pese a ser hijos de uno de los trabajadores, fueron trasladados a las dependencias del Grupo de Menores de la Policía Nacional, donde posteriormente se presentó la madre de los chavales.El local, de 55 metros cuadrados, carecía de ventilación, servicios y dormitorios, siempre según la información policial. Los chinos, empero, vivían y trabajaban allí. El taller despertó sospechas debido al gran número de personas que entraban y salían del local, y debido al ruido de máquinas, que funcionaban incluso de noche.
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