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El FBI cree que ha capturado al Unabomber

El terrorista misterioso era un ermitaño, asegura el FBI. Theodore J. Kaczynski, un antiguo profesor universitario de 53 años, fue detenido el miércoles por la tarde en una cabaña de Lincoln, en el Estado de Montana, acusado de ser Unabomber, el hombre que mantuvo en jaque a la policía de Estados Unidos durante 18 años con envíos de paquetes y cartas-bomba a profesores universitarios y representantes de lo que él consideraba como las fuerzas tecnológicas destructoras de la sociedad. Kaczynski no había sido el jueves formalmente acusado de ser el Unabomber, porque el FBI tiene todavía que confirmarlo, pero sí lo fue de tenencia ilícita de armas y explosivos para fabricar bombas.

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El ermitano de la colina

El semblante de Kaczynski era serio e inexpresivo el miércoles cuando caminaba esposado entre los dos agentes que le acompañaban. Gracias a la información proporcionada por su familia, el FBI había acechado durante semanas la cabaña de Theodore en Lincoln hasta que consideró que había llegado el momento: según el relato hecho a los medios de comunicación, un agente llamó a la puerta y dijo, simplemente: "Ted, tenemos que hablar contigo".El Departamento de Justicia ha organizado una estrategia por etapas contra Theodore Kaczynski. A partir de los materiales encontrados en la cabaña de Lincoln, fue acusado el jueves de tenencia ilícita de armas y explosivos para fabricar bombas. De esta forma, el detenido no puede ser puesto en libertad bajo fianza y la policía gana tiempo para abordar la tarea más complicada: encontrar las pruebas que demuestren que Kaczynski es el Unabomber, el hombre que envió 16 bombas entre 1978 y 1995, matando a tres personas e hiriendo a 23. "Tenemos que estar absolutamente seguros antes de hacer el anuncio definitivo", explicó en Montana un portavoz del FBI. Entre otras cosas, los laboratorios policiales pueden confirmar la identidad contrastando las pruebas genéticas que se hagan a Kaczynski con la huella de saliva dejada en los sellos utilizados para los envíos de cartas y paquetes bomba.

Si Kacynski es el Unabomber, habrá caído por vanidad. En su última etapa, se sentía empujado a escribir, a explicar al mundo e incluso a sus víctimas la razón de sus atentados. A partir de las cartas y del mapa de los envíos de explosivos, la policía centró su atención en Chicago y en California. La difusión pública de su Manifiesto, en septiembre del año pasado, contribuyó a estrechar el cerco: el triunfo al conseguir que The New York Times y The Washington Post publicaran, bajo amenazas, su ensayo contra la sociedad tecnológica, se convirtió en el principio del fin. Analizando el largo texto, los expertos lo relacionaron con la información extraída de las cartas y con las bibliotecas en las que figuraban el uso de libros que habían inspirado los escritos.

Todo se precipitó cuando David, el único hermano de Kaczynski, revisó en otoño la casa familiar de Chicago para ponerla a la venta y encontró antiguos escritos y documentos que le parecieron sospechosos. Avisó al FBI y la policía lo contrastó con el material acumulado y registró la casa para ampliar las pruebas.

Ayuda de la familia

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La familia mantuvo la colaboración con la policía y proporcionó los escasos datos que conocía: la anciana madre de Theodore Kaczynski, -el padre, enfermo terminal de cáncer, se suicidó en 1991-, había contado a su hijo David y a algunos amigos que su otro hijo ahorró algo de dinero como profesor en una universidad de California y que había dejado todo para ir a vivir a Montana, en un terreno aislado en medio del bosque.La mujer recordaba incluso haberle visitado hace algunos años: aunque nunca llegó a conocer la cabaña, sabía que su hijo vivía solo. A partir de ese momento, la búsqueda policial se precipitó. El FBI estrechó el cerco, mantuvo una intensa vigilancia personal y electrónica de la cabaña y lanzó la operación el pasado miércoles.

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