González disputará a Anguita en el Congreso el liderazgo de la izquierda
"Los socialistas somos la izquierda, aunque pueda haber otras en el Parlamento". Ésta es la máxima que va a guiar al Grupo Parlamentario Socialista en la próxima legislatura y a su presidente, Felipe González, para evitar que Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya se erija como representante genuina de la izquierda en el Congreso, según reconocen dirigentes del PSOE. La tarea no va a serlesfácil. Entre 1982 y 1990, el PSOE desarrolló lo que siempre ha llamado "proyecto autónomo" y cuando se vio en la necesidad de pactos por pérdida de la mayoría absoluta dirigió su mano a los nacionalismos moderados. La nueva estrategia está aún por establecer, aunque dan por sentado que en la práctica coincidirán con IU e incluso con el Bloque Nacionalista Galego en su oposición al Gobierno conservador.
PSOE e IU ya están a la carrera para ver quién de los dos llega antes al Registro del Congreso con iniciativas progresistas. Los socialistas ya se adelantaron, horas después de constituirse las Cortes, con la ley de ampliación del aborto y otras medidas, sobre pensiones no contributivas y sociedades laborales. Al día siguiente Izquierda Unida hacía lo propio también con el aborto y pidiendo que los insumisos no sean castigados.Dirigentes del PSOE reconocen que sus relaciones con la formación que lidera Julio Anguita no van a ser fáciles, primero, porque no pueden dejar que IU les arrebate el terreno de la izquierda, y, después, porque necesariamente van a coincidir con ellos en multitud de ocasiones. Los socialistas no sólo votarán en contra del Gobierno de Aznar en muchas medidas, sino que unirán sus votos para obligar, por ejemplo, a la comparecencia del Gobierno.
Todavía no ha habido reuniones formales en el PSOE para hablar en serio del tipo de oposición que tienen que hacer. No obstante, en distintos comités regionales del partido, así como en la primera reunión del Grupo Parlamentario, se habló mucho de Izquierda Unida. Las intervenciones vinieron a demostrar la gran desconfianza que los socialistas sienten hacia la coalición de Anguita y la aplastante necesidad de contar con ellos para oponerse a Aznar.
Los socialistas saben que Izquierda Unida tiene elementos suficientes para arremeter contra ellos en el terreno de la izquierda, por cuanto desde que el PSOE ganara las elecciones en 1982 rompieron prácticamente sus alianzas. Primero fue la apuesta total de González por el "proyecto autónomo" -defendido por el PSOE desde la agonía del franquismo-. Luego, cuando hubo necesidad de buscar compañía para gobernar, tendió la mano hacia los nacionalismos moderados. En réplica, el PSOE hablará en el Parlamento de su política social y, sobre todo, pondrá como aval el importante apoyo electoral que tiene de los sectores económicamente más débiles de la sociedad. El secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, ha anticipado que su grupo parlamentario tiene la obligación de "defender una política progresista". Precisamente, la Federación de Mujeres Progresistas, cuyas componentes son militantes o simpatizantes del PSOE, ha hecho ya su declaración de intenciones después de las elecciones generales del 3 de marzo: "Defender los derechos y libertades conseguidos por la mujer a lo largo de 13 años de Gobiernos socialistas, velando para que no se dé un paso atrás en los logros conseguidos".
Orden de consultar al PP
Como quiera que el PSOE se ve ya como oposición, algunos de sus dirigentes se sorprenden de que determinados líderes del Partido Popular "se sigan comportando como oposición al PSOE", en palabras de Joaquín Almunia, que, no obstante, precisa que "ya son pocos". La norma en el PSOE hasta que se forme Gobierno es la prudencia. No interferir, no presionar y dar facilidades para que la llegada de Aznar sea más o menos placentera.En esta misma línea se manifestó en Logrono Ciprià Ciscar, secretario de Organización del partido, al comentar la intención de los populares de "hacer auditorías" para "ver con lupa" las cuentas del Estado cuando lleguen al Gobierno. Para Ciscar, el Partido Popular debería centrar sus esfuerzos en encontrar los apoyos necesarios para hacer un Gobierno y no seguir actuando "con la obsesión hacia el adversario como si estuvieran aún en la oposición". Un diputado socialista de los más veteranos hace esta reflexión a este respecto: "Se les pasará e interiorizarán que son Gobierno cuando monten en el coche oficial".
La última instrucción dada por Felipe González, presidente del Gobierno en funciones, en aras de la prudencia recomendada para estos días previos a la formación de Gobierno, se produjo la víspera de su partida hacia Turín, donde se puso en marcha la Conferencia Intergubernamental (CIG) que decidirá la reforma del Tratado de, Maastricht.
Se le preguntó al presidente si pensaba informar al Congreso de esta cumbre y respondió negativamente, aunque dejó abierta la posibilidad de que fuera el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Carlos Westendorp, quien lo hiciera. González dijo a los suyos que antes de tomar una iniciativa de comparecencia debían preguntar al Partido Popular si les parecía bien. En caso negativo, tal sesión no se producirá.
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