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La 'troika' viaja a Irán para pedir que condene el terrorismo

La troika europea llevó ayer a Teherán el protocolario mensaje de que las relaciones entre la Unión Europea y la República Islámica de Irán -circunscritas oficialmente a un "diálogo crítico" pero que detrás de la retórica se mantienen firmes y fluidas gracias a los grandes intereses económicos de ambos lados podrían verse afectadas si los iraníes no condenan el terrorismo.Los iraníes recibieron a los representantes de Italia, España e Irlanda con el recordatorio de rigor: Irán condena el terrorismo en todas sus formas y espera que los gobiernos europeos no se presten a lo que Teherán describe como una maniobra propagandística norteamericano-israelí para presionar y desestabilizar la revolución islámica.

El ministro de Exteriores irani, Ali Akbar Velayati, debe recibir hoy a la troika. Según fuentes informadas, si bien Velayati escuchará los argumentos europeos les hará una sola pregunta: Si existen temores de la supuesta complicidad iraní en actos de terrorismo en Israel y en Europa, ¿porqué no presentan pruebas?. La orden de captura emitida por Alemania contra el ministro Ali Falajián por su supuesta participación en el asesinato de opositores iraníes es vista en Teherán como una farsa que bordea la conjura.

Velayati reiterará que la oposición de Teherán al actual proceso de paz en Oriente Próximo no entraña necesariamente un apoyo material a los grupos extremistas palestinos que, como, Hamás y la Yihad Islámica, están tratando de hacer saltar el proceso a base de bombas en Tel Aviv y Jerusalén. Si los europeos se esperan una condena iraní de las actividades de Hamás seguramente se llevarán un chasco. Toda la jerarquía iraní ha aplaudido la heróica lucha de los palestinos contra la ocupación israelí". El líder espiritual de Irán, el ayatolá Alí Jamenei describió hace poco el acuerdo de paz entre Israel y el Gobierno de Yasir Arafat como la sumisión de la oveja frente al lobo".

Mubarak, en Damasco

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En un plano paralelo, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, voló ayer por sorpresa a Damasco para lo que muchos analistas describen como una misión que busca convencer a Siria de que su vieja "alianza estratégica" con Teherán, que data de 1980, puede convertirse en un vínculo contraproducente. Especialmente a la luz de las resoluciones de la "cumbre antiterrorista" celebrada en el balneario egipcio de Sharm el Sheij con generoso patrocinio de Estados Unidos y secundada con gran entusiasmo por Israel.

Mubarak y Hafez el Asad trataron, además, según el ministro de Información egipcio, Safuat al Sharif, de los "obstáculos que afronta el proceso de paz árabe-israelí", de la situación en los territorios autónomos palestinos y de su preocupación común por las radiaciones de los desechos nucleares del reactor nuclear israelí de Dimona.

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