El 'comando Donosti' intentó en dos ocasiones matar a un inspector de policía de San Sebastian
El etarra Valentín Lasarte ha declarado que el comando Donosti intentó en dos ocasiones asesinar a un inspector de policía de San Sebastián, sin Regar a conseguirlo. Los terroristas esperaron al funcionario, jefe de un departamento técnico sin relación con la lucha antiterrorista, una vez en el barrio de Amara y otra vez junto a la sede del Liceo Francés. Lasarte, en su declaración ante el juez Baltasar Garzón, únicamente se reconoció autor material del asesinato de José Manuel Olarte, Plomos, mientras que los demás atentados perpetrados por el comando Donosti se los atribuyó a otros compañeros del grupo. La Ertzaintza (policía vasca) detuvo ayer a una cuñada de Lasarte, un concejal de HB de Andoain y otra persona.
Entre la documentación intervenida en poder de Lasarte figuran seis matrículas de automóviles pertenecientes a otros tantos agentes del Cuerpo Nacional de Policía destinados en Guipúzcoa, según fuentes policiales. Éstas no han precisado si ETA planeaba asesinar a alguno de ellos de forma inminente, excepto en el caso del inspector al que el comando Donosti ya había intentado matar en dos ocasiones.Las investigaciones de la Ertzaintza (policía vasca) han confirmado que el presunto integrante del comando Donosti no respetaba las normas de clandestinidad habituales en los miembros ilegales [fichados], hasta el extremo de que hace unos meses acudió a una agencia inmobiliaria para alquilar un piso.
La localización de Lasarte e Idoia Arrieta en Oyarzun, la semana pasada, se produjo gracias a la llamada efectuada a la Ertzaintza por un ciudadano que reconoció al etarra tras realizar unas compras en un hipermercado. Antes de actuar, la Ertzaintza se puso en contacto con la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía para saber si alguno de estos cuerpos había recibido la misma llamada.
Según la policía, Lasarte asesinó el 26 de julio de 1994 a José Manuel Olarte, Plomos, utilizando una pistola del calibre 22, armamento no habitual en ETA. Este hecho desconcertó entonces a los investigadores sobre la autoría del crimen. Pero el etarra ha reconocido ahora que fue él quien mató a Olarte tras encontrárselo casualmente en la sociedad gastronómica Unión Artesana. El activista fue entonces a su casa, situada en la cercana calle de Aldamar, y recogió el arma con el que cometió el asesinato.
Diez años en el punto de mira
Lasarte declaró ante el juez Garzón que mató a Olarte por propia iniciativa, sin que su organización se lo hubiera ordenado. No obstante, esta persona se hallaba en el punto de mira de ETA desde hace más de 10 años y su nombre aparecía en los documentos intervenidos a los comandos Lau Haizeta, Txomin Iturbe e Ipar Haizea. José Manuel Olarte figuraba citado en el informe Navajas, elaborado por el fiscal jefe de la Audiencia de Guipúzcoa (Luis Navajas).
El asesinato de Olarte fue el único cuya ejecución material ha admitido el presunto etarra. En los demás, sólo confesó su participación como acompañante del autor. Pero este hecho es intrascendente a efectos penales, ya que la condena es la misma en uno u otro caso.
Sobre el atentado al abogado donostiarra Fernando Múgica, perpetrado el pasado febrero, Lasarte declaró que él cubrió desde la acera opuesta al activista que disparó contra el histórico socialista. Éste presuntamente fue Javier García Gaztelu, todavía no localizado.
Respecto al asesinato del ex futbolista de la Real Sociedad José Antonio Santamaría, Lasarte dijo que fue él quien le localizó, el 19 de enero de 1993, en la sociedad gastronómica Gaztelupe, de San Sebastián. El presunto etarra recordaba haber visto a Santamaría un año antes de ese mismo día, víspera de la festividad de la ciudad, en la citada sociedad gastronómica, por lo que fueron a buscarle allí. Al comprobar que estaba, Lasarte se procuró un gorro de cocinero, distintivo para entrar en la sociedad, y se lo facilitó a sus compañeros José María Igerrategui, Ijitu, y José Antonio Olarra Guridi, Jonkin, uno de los cuales entró y le descerrajó un tiro en la nuca.
Fuentes de la Audiencia Nacional han restado importancia al hecho de que Lasarte fuese asistido, el pasado fin de semana, por un abogado de oficio en vez de por el letrado Altor Ibero, de las Gestoras Pro Amnistía, que esperaba hacerse cargo de la defensa del presunto terrrorista.
Dichas fuentes explicaron que Lasarte no exigió ser asistido por un letrado de oficio, sino que dio su conformidad a la asistencia de oficio que se le brindó en caso de que no quisiera hacer una designación directa de un abogado.
El presunto etarra inició su extensa declaración ante Garzón asistido por el abogado de oficio. El juez decretó su incomunicación cuando el detenido reveló la colaboración de otras personas en los atentados. Antes de iniciar sus vacaciones, el magistrado decretó varias detenciones, tres de las cuales se materializaron ayer.
La Ertzaintza detuvo ayer, acusados de dar cobertura al comando Donosti, a Gurutze González, de 32 años, cuñada de Valentín Lasarte; al concejal de HB de Andoain Juan José Petrikorena; y en Hernani a José Manuel Errazkin Beldarrain, de 54 años, sepulturero municipal. La orden de detención incluía los nombres de tres personas más que no fueron localizadas, informa Aurora Intxausti.
Los buscados son Juan Giberalde, domiciliado en el barrio donostiarra de Eguia, Graci Morcillo Torre (en Hernani) y Javier Irastorza González (en Beasain), según Gestoras Pro Amnistía.
Petrikorena, de 32 años, empleado de la revista Argia, fue condenado el pasado marzo a dos años y cuatro meses por estragos y coacciones, debido a su participación en atentados contra las empresas constructoras de la autovía de Navarra. No entró en prisión porque el fiscal Navajas, que demanda mayores penas, ha recurrido la sentencia ante el Supremo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.