Pujol exige a Aznar que reconozca el hecho diferencial catalán en su discurso de investidura

Jordi Pujol exigió el domingo a José María Aznar que haga un reconocimiento expreso del "hecho diferencial" de Cataluña en su discurso de investidura, como condición indispensable para que CiU apoye la formación de un Gobierno del PP. En la reunión de cinco horas que ambos políticos mantuvieron en Madrid, la segunda que celebran desde las elecciones del 3-M, las dos partes apreciaron un avance en las conversaciones. El presidente catalán anticipó ayer en Barcelona que en dos o tres semanas se sabrá si será posible el acuerdo. Dos horas más tarde, en Palma de Mallorca:, advirtió que la política autonómica "puede frenar" el voto de CiU a la investidura de Aznar. "Ahora, que empezamos a conocernos, empiezan las verdaderas negociaciones. Y el acuerdo no será fácil", indicó.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, manifestó el domingo a Aznar, en una entrevista a solas celebrada en Madrid, que el voto favorable de CiU a su investidura como presidente del Gobierno requiere que el PP reconozca previamente a España como un Estado plurinacional. Los conservadores deberían, según el planteamiento de CiU, asumir los hechos diferenciales de las distintas nacionalidades y sentar las bases de un nuevo sistema de financiación autonómica. "Lo que Pujol quiso decir a Aznar es que no habrá café para todos", precisaron ayer fuentes nacionalistas.El líder de CiU reveló ayer en Barcelona, antes de viajar a Palma de Mallorca, donde se entrevistó con el presidente de la comunidad balear, Cristòfol Soler, del PP, que con Aznar había tratado sobre asuntos generales, como el concepto que cada cual tiene del Estado, de la política autonómica y de las instituciones.

Pujol exigió también al líder del PP que contribuya a neutralizar la imagen de Cataluña como país interesado e insolidario propagada por sectores y medios conservadores durante el tiempo en que CiU prestó su apoyo parlamentario al Gobierno socialista.

Anunció que, esta misma semana, delegaciones de ambas partes empezarán a negociar sobre aspectos más concretos de traspasos de competencias, policía autonómica y financiación. La primera reunión de la comisión mixta se celebrará probablemente el próximo jueves. Y expresó su confianza en que en el plazo de dos o tres semanas se pueda ver si los negociadores han llegado a "unas conclusiones" que aconsejen o no el apoyo a la investidura de Aznar.

"Todo puede quedar en nada"

"Ahora nos conocemos más [con Aznar], y eso es importante", dijo Pujol, pero a renglón seguido sostuvo que la negociación concreta "aún no ha comenzado y todo puede quedar en nada". "El acuerdo no es fácil", advirtió, informa Andreu Manresa.

La entrevista del domingo, celebrada sin ningún tipo de publicidad, confirmó qué habrá dos etapas en las negociaciones entre CiU y el PP, como adelantó EL PAÍS el 30 de marzo. En la primera, que es la actual, los nacionalistas, conscientes de que la premura de tiempo no les permitirá abordar una negociación detallada antes de la sesión de investidura, tratan de conseguir un compromiso autonomista público y rotundo por parte del PP sobre los asuntos que delegaciones de ambas formaciones seguirán negociando a lo largo de los meses posteriores. Aquí se enmarca la exigencia de un reconocimiento expreso del hecho diferencial catalán en el discurso de investidura de José María Aznar.

En la segunda fase, posterior a la investidura, CiU y PP continuarán la negociación iniciada sobre la nueva financiación y el desarrollo autonómicos, así como sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1997.

El gran asunto de esta segunda fase será la financiación autonómica. CiU pretende asegurar para Cataluña un volumen de ingresos por habitante que sea similar al de las restantes comunidades autónomas de vía rápida, esto es, las reguladas por el artículo 151 de la Constitución. En 1984, la Generalitat de Cataluña recibió 101.540 pesetas por habitante, frente a las 111.169 que percibieron las demás comunidades con el mismo techo de competencias.

En materia de desarrollo autonómico, el PP ya va definiendo su estrategia. Así, la cesión de la gestión de los puertos a la Generalitat, al igual que a otras comunidades del mismo nivel de competencias, no presentará problemas, según fuentes de la negociación. No sucederá lo mismo con la gestión de los aeropuertos, porque el PP se muestra remiso a romper la actual red estatal.

En cuanto al Instituto Nacional de Empleo, otra reclamación de CiU, el PP está dispuesto a des centralizar las políticas activas de empleo, pero no el pago de las prestaciones sociales, que se haría a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Acuerdos más amplios

A juicio de las fuentes consultadas, tanto la financiación como el desarrollo autonómico exigirán un acuerdo mucho más amplio que el bilateral entre el PP y CiU. En el caso de la financiación autonómica, el Consejo de Política Fiscal y Financiera tendrá la última palabra. En cuanto al desarrollo autonómico, el PP está dispuesto a adaptar al resto de las autonomías reguladas por el artículo 151 de la Constitución (Galicia y Andalucía) el espíritu de los pactos que pueda alcanzar con los nacionalistas catalanes y vascos.

El portavoz parlamentario de CiU, Joaquim Molins, declaró a la Cadena SER que los electores obligan al PP y a CiU a entenderse, aunque no descartó "una sorpresa" en la votación de investidura de Aznar. Molins abogó por hacer un esfuerzo para evitar que las elecciones se repitan en breve y reiteró su opinión de que ese esfuerzo no debe hacerlo CiU en solitario.

El primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Raimon Obiols, reaccionó a la reunión Pujol-Aznar manifestando que el líder de CiU está "prisionero" entre la necesidad de votar a favor de Aznar y, al mismo tiempo, tratar de que eso no le resté apoyos entre su electorado. El también dirigente del PSC Josep María Sala atribuyó a esa circunstancia el secretismo en que se produjo la entrevista.

Pilar Rahola, diputada de Esquerra Republicana (ERC), expresó su convicción de que Pujol ya ha decidido que CiU vote sí, y dijo que la dirección de la coalición nacionalista no tendrá "dignidad nacional ni altura política" para oponerse.