Espías fuera de juego
PARADIGMA UNIVERSAL de la eficacia durante décadas, los servicios secretos israelíes, o al menos su rama interior, el Shin Bet, acaban de ser acusados de incompetencia por la comisión estatal que ha investigado el asesinato del primer ministro Isaac Rabin. El informe de la comisión descarta la hipótesis de una conjura para eliminar al timonel del proceso de paz con los palestinos y asegura que Yigal Amir, que acaba de ser condenado' a cadena perpetua como autor del magnicidio, actuó en solitario. No obstante, subraya que el Shin Bet ignoró durante los últimos meses de vida de Rabin múltiples señales acerca de la posibilidad de que un extremista judio atentara contra él. Como no hay organización humana perfecta, el fallo del Shin Bet consistió en descartar, por considerarla aberrante, la posibilidad de que un judío israelí pudiera matar a un correligionario y compatriota. Es decir, se dejó influir por motivos ideológicos y psicológicos.Durante cinco décadas, el espionaje israelí, tanto el Shin Bet como la rama encargada de las acciones en el exterior, el Mosad, han concentrado la totalidad de sus esfuerzos en luchar contra los gobiernos, ejércitos y movimientos políticos, guerrilleros y terroristas árabes. Ello ha creado en sus miembros una mentalidad monolítica, en la que todo árabe es un peligroso enemigo en potencia, y, todo judío, un amigo dispuesto a colaborar con los soldados en la sombra de Israel, excepto, precisamente, aquellos que simpatizan con la causa del pueblo palestino. Pero el proceso de paz con la OLP y buena parte de los gobiernos árabes ha convertido en parcialmente anacrónica la mentalidad operativa de los servicios secretos israelíes.
El informe de la comisión estatal israelí confirma que el Shin Bet no tomó en seno las múltiples informaciones en su poder sobre crecientes amenazas contra Rabin por parte de la ultraderecha religiosa israelí. En la misma noche del asesinatotos guardaespaldas del primer ministro seguían buscando potenciales terroristas árabes y no prestaron atención a los movimientos del asesino, puesto que éste llevaba una kipa o solideo en la coronilla. Así fue, por sorprendente que parezca.
Israel ha entrado en un nuevo momento capital de su siempre apasionante y turbulenta historia, cuya traducción en las urnas se producirá en las elecciones legislativas del próximo mayo. Uno de los trabajos de Hércules del próximo Ejecutivo israelí será la adaptación del Shin Bet y del Mosad a las nuevas realidades del mundo y de Oriente Próximo, y cabe imaginar que los laboristas pueden abordar con más decisión esa tarea que el derechista Likud. En cualquier caso, para los legendarios agentes ha llegado el momento de volver a la escuela de los espías. Para ellos, la formación profesional también debe ser permanente.
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