La dedicación de González a Europa restará protagonismo a Aznar en política exterior

ENVIADO ESPECIAL Felipe González se despidió el viernes en Turín y José María Aznar se estrenará dentro de tres meses en Florencia. A finales de junio se celebra en la capital de Toscana la próxima cumbre de la Unión Europea. La pasión europea del futuro líder de la oposición restará, sin embargo, protagonismo en política exterior al próximo presidente del Gobierno hasta que éste adquiera por lo menos una mayor experiencia internacional. González ha sido claro al manifestar que sostendrá una atención preferente por los asuntos europeos.

Aznar no tiene suerte. Las reuniones de los 15 jefes de Estado y de Gobierno son precedidas por encuentros en la misma ciudad de los líderes socialistas miembros del Partido de los Socialistas Europeos (PSE). González asistirá a ellas, y en las citas con sus correligionarios expondrá su punto de vista sobre la cumbre, fijando así los objetivos a alcanzar para la delegación española. Creará, probablemente, una situación in cómoda para su sucesor.El secretario general del PSOE no ha dejado ninguna duda sobre su futura dedicación a la "causa europea". En su última cumbre explicó a sus homólogos que mantendría su compromiso con la construcción comunitaria como responsable político y como dirigente del PSE. Proyecta también dar numerosas conferencias en el extranjero, sobre todo en América Latina, respondiendo a las invitaciones que recibe.

González jugará además con ventaja, al menos en una primera etapa. Posee una larga experiencia en política exterior y cuenta con una red de amistades que trasciende con mucho el área socialista y abarca hasta al canciller democristiano alemán, Helmut Kohl. A muchos de ellos les ha dejado caer que no tardará en volver al poder, y ésa será una razón adicional para que mantengan con él estrechas relaciones.

El líder socialista no aprovechará, según fuentes de su entorno, su proyección internacional para criticar la política exterior popular, pero si Aznar omite buscar el consenso con los socialistas, cambiará probablemente su discurso y arremeterá contra él. González está convencido de que Europa es un asunto de Estado y cuanto más amplio sea el consenso más fuerza tendrá España para defender sus intereses.

El presidente en funciones cree que, en gran medida gracias a la labor de acercamiento de su Gobierno, ha prevalecido el consenso sobre Europa durante la era socialista con sus adversarios, excepto con Izquierda Unida. Confía en que ahora suceda lo mismo, pero no las tiene todas consigo.

Reproche velado

En términos velados lamentó en Turín, el viernes, que Aznar no le haya hecho ninguna sugerencia en vísperas de la Conferencia Intergubernamental (CIG) y, sobre todo, que desprecie su experiencia y pueda no pedirle consejos sobre cómo actuar en Europa. Le serían tanto más útiles porque la reforma del Tratado de Maastricht que se ha empezado a negociar "será difícil", advirtió.

Las carencias de Aznar en política internacional inducen a pensar que el próximo presidente buscará un ministro de Asuntos Exteriores con experiencia y relaciones personales entre las élites europeas. Entre los dirigentes populares no abudan las personalidades con ese perfil y el nombre que más destaca es el de Abel Matutes, actual presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento Europeo y durante largos anos comisario europeo, nombrado a instancias del PP.