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Dole, tras su victoria en el Oeste, sólo tiene ya un enemigo: Clinton

Antonio Caño

"La batalla por la candidatura republicana ha terminado. Esta noche ha empezado la batalla por el futuro de EE UU, y nosotros vamos a decidir ese futuro y vamos a derrotar a Bill Clinton". Un eufórico Bob Dole, tras su arrolladora victoria en California, ponía así el fin a varios meses de disputa contra sus rivales republicanos y a 16 años de frustrados intentos de ser el candidato de su partido a la presidencia norteamericana. "Estoy tan confiado, que voy a declarar ahora mismo que soy elegido", dijo.

Conseguidos los 165 delegados de California y unos pocos más en las primarias celebradas también el martes en Nevada y el Estado de Washington, Bob Dole alcanzó el número suficiente de compromisarios para ser declarado formalmente como el rival republicano de Bill Clinton.Su victoria en California ha sido, además, convincente. Dole triplicó en número de votos a su único rival, Pat Buchanan, y se confirmó, como demuestran los sondeos hechos a la salida de los centros electorales, como el único candidato capaz de aglutinar a los diferentes sectores del Partido Republicano para presentar una candidatura fuerte a la presidencia.

Falta, sin embargo, que el propio Buchanan comparta ese criterio. Después de reconocer que Dole será el elegido, Buchanan se retiró ayer a su hogar en Virginia para planificar su próximo movimiento. Sus portavoces han anunciado que, quizá hoy mismo, el comentarista ultraconservador que durante varias semanas tuvo en jaque al Partido Republicano comunicará cuales son sus condiciones para respaldar a Dole. Se anticipan las siguientes: tiempo para pronunciar un discurso en la Convención Nacional, elección de un candidato a la vicepresidencia con credenciales antiabortistas y la inclusión de medidas contra la inmigración y contra el comercio exterior en la plataforma electoral.

Algunos destacados dirigentes republicanos, como Newt Gingrich, ha recomendado a Dole que no acepte ni ésas ni ninguna otra condición de Buchanan. Si no lo hace, Buchanan puede tomar el arriesgado camino de buscar una candidatura presidencial independiente o bien de un tercer partido.

Bill Clinton también ganó en California, y también cuenta ya con el número suficiente de delegados para ser considerado matemáticamente como el candidato presidencial del Partido Demócrata. Ya están, pues, frente a frente, los hombres que competirán por la Casa Blanca el próximo mes de noviembre. La campaña electoral toma así un nuevo y más decisivo rumbo. En los próximos siete meses, los votantes tendrán que resolver las dudas actuales sobre el carácter de Clinton, la edad de Dole o la excesiva vinculación de ambos a la política tradicional.

Pero antes de nada tendrá que despejarse la duda sobre las intenciones de Ross Perot. El partido creado por Perot, el Partido Reformista, continúa sus esfuerzos por conseguir su inscripción en los 50 Estados del país.

Tanto demócratas como republicanos se preparan, de hecho, para una campaña en la que esté incluido Perot. Tradicionalmente, la presencia de un tercer candidato ha hecho más daño al presidente que buscaba la reelección. Pero, en esta ocasión, Dole tiene todavía tantos puntos débiles que puede ser él el perjudicado. En los sondeos realizados durante las primarias del martes, un 53% expresa su intención de votar por Clinton en noviembre, un 32% se pronuncia en favor de Dole y un 8% por Perot.

Para Dole, otra decisión crucial en las próximas semanas será la de elegir un compañero de candidatura. La gran mayoría de los consultados en California sugiere el nombre de Colin Powell -el único que le da a Dole posibilidades de derrotar a Clinton-, pero el carismático general ha asegurado reiteradamente que no quiere ese puesto.

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