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Diez grandes fotógrafos ofrecen su visión más personal de España

Amelia Castilla

Funcionó el veto para los toros, el fervor religioso y la cultura underground. Delvico Bates, la agencia encargada de ejecutar la campaña del Instituto de Turismo de España (Turespaña), sólo puso como condición a 10 de los fotógrafos más cotizados del mundo que resaltaran los valores positivos y que huyeran de la España profunda. Vallhonrat, Sieff, Salgado, Leibovitz, Erwitt, Von Umwert, Mondino, Ritts, Bailey y Kenna aceptaron.

La pasión por la vida, nombre de la campaña, a la que se ha destinado una inversión de 2.200 millones para representar en 1966 el turismo español en 17 países, ya se exhibe en las vallas publicitarias y en la prensa de Gran Bretaña e Irlanda, donde junto con Estados Unidos, Alemania y Francia se realizarán las principales inversiones publicitarias.El Camino de Santiago, el Coto de Doñana, el flamenco, los museos y la plaza Mayor de Madrid fueron algunos de los temas sugeridos para la campaña. Cada artista recibió un dossier con fotos e información de los lugares aconsejables. "Queríamos que los artistas reflejaran en sus trabajos cómo nos ven y cómo ven nuestra cultura e idiosincrasia", aseguró Juan de la Nuez, coordinador de la campaña. "Tres de los artistas eligieron mujeres relacionadas con el mundo del flamenco o con aspecto racial, pero son imágenes muy diferentes. Heléna Christensen, la top model sueca, posando desnuda y con un abanico parece totalmente una mujer mediterránea".

La mayor parte de los fotógrafos consultados dio una respuesta positiva nada más conocer el proyecto. Richard Avedon, Helmut Newton y Oliviero Toscani fueron los únicos en negarse por problemas de agenda. La primera fotografía se realizó el 5 de diciembre y fue la del español Javier Vallhonrat a una bailarina flamenca. Las últimas se dispararon a mitad de febrero.

La mayor parte de los artistas pidieron como única condición que se les dejara trabajar en solitario. No querían a nadie a su alrededor. Jean Loup Sieff se fue a Lanzarote completamente solo. Michael Kenna, el paisajista británico, eligió los campos de Castilla para su póster. "La imaginación salvaje de Don Quijote y su singular pasión por la aventura han influido grandemente en mi visión de España. Sus molinos yacen aún como gigantes amenazantes sobre la llanura (le La Mancha y el espíritu de este noble y valiente español sigue vivo", asegura el fotógrafo en el pie que acompaña cada una de las fotografías realizadas y en las que los fotógrafos expresan su opinión sobre el tema elegido. Sebastiâo Salgado tampoco fue una excepción. Se fue sin ayudantes a la Real Escuela de Danza y se encontró con un problema que el que no contaba: la lluvia Salgado no pudo realizar fotos en exteriores como quería. Tuvo que cambiarlo todo y ceñirse a los interiores. Sobre la Escuela Escuestre, Salgado asegura que es "un símbolo de la intensa pasión que los españoles sienten por todas las cosas. Para mí es como una isla donde se vive una paz muy grande".

Es la primera vez que el fotógrafo brasileño colabora en España en una campana de publicidad, aunque lo hace habitualmente en Estados Unidos. "La foto humanitaria da poco dinero, con la publicidad saca el dinero suficiente para poder financiar sus otros proyectos", aseguró su representante en España.

Tampoco David Bailey tuvo suerte, aunque luego todo fuera sobre ruedas. El retratista británico pidió expresamente fotografiar a Antoni Tápies, pero el pintor sólo estuvo disponible el día 12 de enero, durante una hora y media y en su estudio. Bailey aceptó todas las condiciones del artista y su retrató es una más de las 15 piezas gráficas seleccionadas junto con un spot de televisión.

Annie Leibovitz fue la única que no pudo pasar por España. Uno de los miembros del equipo con el que trabaja habitualmente la fotógrafa americana tomó una instantánea en una playa española y ella realizó un montaje en su estudio con una atleta haciendo una pirueta. Leibovitz, que ha estado en España en varias ocasiones, quería utilizar para la campaña publicitaria el retrato que le había realizado a un personaje español, cuyo nombre no ha sido facilitado, pero éste se negó a que su imagen se utilizara para La pasión por la vida.

En general, según el cordinador de la campaña, los artistas se mostraron de lo más discretos. El americano Herb Ritts, cuya especialidad son los retratos del cuerpo humano, pidió una limusina y exigió que su modelo fuera la sueca Helena Christensen. Y Jean Baptiste Mondino solicitó expresamente trabajar con Joaquín, Cortés o Blanca Li. Finalmente fue la bailarina la elegida para posar para el fotógrafo de moda bajo el marco de la Villa Olímpica de Barcelona.

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