Rojo reúne a la gran banca para advertirle de que no se relaje en el proceso a la moneda única
Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España, reunió ayer a comer a los presidentes de los principales bancos con el único fin de que tomen conciencia de que el proceso hacia la unión monetaria es irreversible y de que no se relajen ante ello. Rojo advirtió de que este proceso "va en serio" y que es preciso prepararse para cuando llegue su culminación, según han asegurado fuentes bancarias. Asimismo, Rojo exigió que los banqueros mantengan el apoyo incondicional en sus manifestaciones a la unión en contra de las voces críticas que han surgido últimamente. En la reunión de ayer se decidió constituir una comisión de estudio y seguimiento para evaluar el coste y realizar propuestas.
Los presidentes de la gran banca no se reunían a comer desde que hace dos años -más o menos desde que cambió el status quo del sector tras la intervención de Banesto- se perdió la tradición de hacerlo periódicamente. La reunión de ayer era especial, una convocatoria del gobernador y en el sanctasanctórum de la banca (la sede del Banco de España en la madrileña plaza de Cibeles).Acudieron todos, a excepción del presidente de Argentaria, Francisco Luzón, de gira por la nueva privatización del grupo. En torno a las 14.00 horas fueron llegando: Emilio Botín, del Santander; Emilio Ybarra, del BBV; José María Amusátegui, del Central Hispano; Alfredo Sáenz, de Banesto; los hermanos Luis y Javier Valls, del Popular, y José Luis Leal, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB). No hubo representantes de las cajas, aunque estas entidades también están llamadas al toque de advertencia de Rojo.
Porque de advertencia fue el mensaje que difundió ayer el gobernador a los presidentes, que habían recibido la convocatoria sólo unos días antes y la mantuvieron con la discrección que acostumbra a pedir Rojo.
El gobernador, según fuentes bancarias, hizo hincapié en la sensación generalizada que existe en la mayor parte de los bancos centrales europeos de que el proceso hacia el euro (futura moneda única de la Unión Europea) y los propios criterios de convergencia previos para su consecución no se están tomando con la seriedad que requieren. El examen para la convergencia se hará en abril de 1998 con los datos de 1997 y las operaciones con el euro podrían iniciarse en 1999.
Proceso irreversible
Rojo reseñó, asimismo, que el proceso es irreversible y que todo lo que conlleva su puesta en marcha puede acarrear muchos problemas a la banca si no se adapta adecuadamente. Y la banca, que es la que tiene como herramienta de trabajo el dinero, es la que está obligada a adoptar todos los cambios pertinentes que exige el mercado.
El toque de atención de Rojo se produce, además, en un momento en el que se han sucedido voces críticas contra el proceso de convergencia que él y los bancos centrales apoyan abiertamente. En ese sentido, Rojo pidió a los banqueros que mantengan su respaldo a la convergencia, algo que ya han hecho los presidentes de los bancos que han celebrado juntas de accionistas en lo que va de año (Santander, BBV y BCH).
Los presidentes no son ajenos al impacto que va a causar la adaptación de los bancos al euro y se han mostrado de acuerdo con el mensaje de seriedad enviado por el gobernador. La moneda única exige un cambio en las estructuras bancarias, sobre todo en la adaptación de los equipos informáticos. También supondrá una pérdida de negocio al suprimirse los sistemas nacionales por uno comunitario, por lo que desaparecerá el cambio de monedas con sus correspondientes comisiones. Aumentará, además, la competencia con entidades de toda la Unión Europea. La nueva situación se abre paso también con una progresiva bajada de tipos de interés, que coincide con una reducción de los márgenes operativos de los bancos.
Coste de adaptación
En la reunión de ayer se decidió la constitución de una comisión de estudio y seguimiento que se encargue de evaluar como va a incidir en la banca española el proceso hacia un sistema de pagos único, las inversiones que van a ser necesarias para la adaptación, sobre todo en equipos informáticos y de acuerdo a la nueva normativa legal.
Según un estudio orientativo de la AEB, el coste que conlleva la adaptación será de alrededor de 75.000 millones de pesetas basándose en la pérdida de negocio y en el aumento de los costes. Algunos grandes bancos han elevado esa cifra a más de 100.000. Fuentes del sector han subrayado, no obstante, que es muy aventurado dar en estos momentos una cifra.La comisión quedará constituida formalmente después de Semana Santa, para cuando se detallarán las funciones que tendrá. Estará presidida por un representante del Banco de España e integrada por representantes de los bancos y de las cajas de ahorros.
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