Silencio después de la batalla
Por fin se celebraron las elecciones generales. Qué alivio. Aunque los resultados han sorprendido a todos y las cosas siguen estando confusas, estamos mejor que estábamos, creo. Por fin, la nueva mayoría, aunque no tan mayoría ni tan nueva. El que de verdad ha ganado, como en 1993, ha sido Pujol, y aunque se le critique tanto, cualquiera en su lugar haría lo mismo. Sufrimos el síndrome de D'Hont.Pero, al menos, ahora estamos todos un poco más tranquilos, como en el silencio de des
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pués de una batalla. Felipe González ha caído, y para muchos conseguirlo les ha dejado exhaustos, sin objetivos, de modo que ya no se les oye tanto vociferar impunes en ciertos periódicos en nombre de la opinión publicada, que tantas veces tan poco tiene que ver con la opinión pública.
Y el que Aznar haya ganado también contribuye, a este silencio, rebaja la crispación política. Por fin empieza una nueva legislatura con el PP en el timón, y es positivo, aunque sólo sea porque ahora veremos la verdadera talla democrática del señor Aznar y de su partido, y ojalá que sepan darla. -
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