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Entrevista:

"Aznar puede tener la tentación de ahogar a Andalucía"

Manuel Chaves luce desde el 3-M una media sonrisa. No es para me nos. En su tercera campaña como candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía ha logrado quedar a tres escaños de la mayoría absoluta.Pregunta. ¿Teme que el PSOE recupere los viejos usos de la prepotencia?

Respuesta. No, porque yo no parto de que haya habido prepotencia. En todo caso, soy consciente de que estos resultados implican para el PSOE y el Gobierno de la Junta una nueva etapa. Creo que hay que poner el contador a cero e iniciar nuevas políticas. Es difícil, pero vale la pena intentarlo. Nos ha servido mucho la experiencia de los últimos 18 meses, que ha sido muy tensa, y queremos evitarlo. No tenemos mayoría absoluta y tenemos que garantizar una cierta estabilidad para el Gobierno. Eso sólo se puede hacer si somos capaces de mantener una línea de diálogo en la Cámara. Vamos a estar abiertos al diálogo y tendiendo la mano a todas las fuerzas.

P. ¿Cómo y con quién garantiza la estabilidad?

R. Lo mejor es buscar un pacto estable con alguna fuerza. No me pronuncio por ninguna. Hay que esperar a ver cómo se desarrollan los contactos. Tampoco descarto que nos tengamos que basar en acuerdos punIUales en determinadas leyes, incluidos los Presupuestos. El pacto es posible con IU o con el Partido Andalucista. Tendría que ser pro- gramático. No puede excluir a otras fuerzas. El PP es la primera de la oposición, ha tenido un respaldo importan te ha incrementado el número de votos con respecto a 1994. Yo creo que con él hay que llegar a acuerdos, lo que yo llamaría compromisos de Estado. Hay que establecer un compromiso sobre colaboración institucional. No puedo olvidar que los principales Ayuntamientos anda luces están gobernados por el PP. El Gobierno de la nación, segura mente, también será del PP. Hay que establecer un acuerdo de colaboración, llegar a un compromiso de las dos fuerzas para serenar la vida política.

P. ¿Un pacto estable significa Gobierno de coalición?

R. Yo no soy partidario. El Gobierno estable no tiene que pasar por la coalición. Puede ser un acuerdo programático, un pacto de legislatura. Vamos a sentarnos en la mesa de negociación sin ninguna condición previa y abiertos a todo. Lo que han dejado claro los resultados es que la fuerza del Gobierno tiene que ser socialista.

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P. Los pactos programáticos los limita al PA e IU. ¿Con quién son más fáciles?

R. No descarto ninguna posibilidad. Respecto a IU, los resultados del 3-M van a traer cola en su seno tanto a nivel regional como federal. Con esto no quiero decir que no vaya a haber acuerdo. Va a hacer falta un tiempo para que las relaciones entre IU y el PSOE se normalicen y puedan dar lugar a desarrollar conjuntamente una política de izquierdas y de progreso. Ese periodo puede ser más o menos corto. Lo mismo en una se mana hemos comprobado que se puede normalizar la relación. Por eso digo que no se puede descartar la posibilidad de un pacto estable con IU.

P. El PA se ha mostrado más dispuesto a pactar.

R. La posición del PA es lógica. Tiene sólo cuatro escaños y quiere de mostrar a su electorado que valen mucho y que su voto es útil. Pero también tiene que tener en cuenta que cuatro escaños pueden servir para la estabilidad, pero no para imponer decisiones.

P. ¿Hay mucho resquemor y desconfianza con IU?

R. Si, lo hay. Para muchos militantes del PSOE la siIUación de la legislaIUra pasada tiene un responsable, sobre todo porque el mayor hostigamiento en Madrid y Sevilla, al mismo nivel que el ejercido por la derecha, ha venido de los dirigentes de IU. Por eso creo necesario, sin descartar un posible acuerdo con IU, un tiempo para normalizar las relaciones. Algunos, también dentro del

PSOE, entran en el error de que una política de izquierdas solamente se puede llevar a cabo con un con un pacto con IU. Para mí, no depende de eso. Hemos recibido el mandato del electorado de hacer una política de progreso, socialdemócrata, y su ejecución no depende de que haya o no pacto con IU.

P. ¿Qué tipo de Gobierno va a hacer?

R. Uno que tenga una cierta continuidad con el anterior. El actual simplemente lleva un año y medio de gestión y ha soportado muy bien una situación muy difícil, caracterizada por la falta de Presupuestos. Me gustaría reforzar el carácter político y la presencia femenina.

P. ¿La continuidad significa que repite la mayoría?

R. Noooo... Una cierta continuidad política y de gestión. Eso representa que va a haber miembros del Gobierno que van a continuar. Cambios habrá, claro.

P. ¿Y cambios en las consejerías?

R. No, no debe haber un mayor número de ellas[once]. Eso me obligaría a acudir al Parlamento con un proyecto de ley.

P. ¿Se descarta que se incorporen altos cargos del Gobierno central?

R. Ésa es una posibilidad, pero no lo tengo pensado. Ahora mismo puedo encontrar mayor número de perfiles, pero quiénes pueden ser. ¿Cristina Narbona? Acaba de salir diputada y no creo yo que le interese venirse aquí.

P. ¿Cuáles van a ser las prioridades del nuevo Gobierno?

R. La primera medida que quiero poner en marcha es una mesa por el empleo, con expertos, donde abordemos los efectos de la reforma laboral conjuntamente con medidas de reparto del tiempo de trabajo. En segundo lugar, hay que hacer un repaso de cómo podemos resaltar todas las medidas de política de bienestar. Tenemos un compromiso inmediato, la puesta en marcha en septiembre de la LOGSE, la cual va a requerir un recargo presupuestario muy fuerte. En tercero, plantearse muy seria mente el tema de los trasvases y el Plan Hidrológico Nacional, in tentar un acuerdo con las otras fuerzas politicas para que el planteamiento sea el mismo.

P. ¿Qué aspectos perversos ve en la reforma laboral?

R. Yo no digo que hay que modificar, sino que hay que ver los efectos. Los presuntos aspectos negativos son los que han repercutido que

en la estabilidad del empleo. Por ejemplo, la contratación temporal o los contratos de aprendizaje. No soy partidario de eliminar éstos, pero habría que ver si es posible modificar todo lo que es temporalidad.

P. Dice que la LOGSE va a requerir un gran esfuerzo presupuestario. ¿Teme que haya impedimentos?

R. Espero que no. Precisamente, en uno de los casos en que hay una diferencia en la prestación que hacemos en Andalucía y la media nacional es en el de educación, la rallo profesor / alumno por habitante. Ahí necesitamos un respaldo en los Presupuestos Generales del Estado. Lo vamos a reclamar.

P. ¿Prevé más dificultades con un Gobierno de Aznar?

R. No me quiero adelantar. En las relaciones con el nuevo Gobierno, seguramente presidido por Aznar y resultado de un pacto con Pujol, planteo dos cosas: el acuerdo de ambos no puede acentuar los desequilibrios entre los territorios. Yo veo bien que CiU participe en la gobernabilidad del Estado, pero no puede ser a base de privilegiar a una comunidad sobre otra. Planteo desde Andalucía que ese pacto tiene que ser de Estado. En segundo lugar, quiero tener una relación de colaboración, no de confrontación con el Gobierno de la nación. Pero, claro, el Gobierno de la nación tendrá que huir del planteamiento de que el poder institucional más fuerte que tiene el PSOE en estos momentos está en Andalucía. Puede tener la tentación de querer castigar o ahogar a Andalucía. Eso plantea ría una política de confrontación que yo no deseo.

P. Se han cambiado los pape les: el PP tiene que romper con el discurso de la tenaza Pujol-González, y el PSOE, con el de justificar la gobernabilidad.

R. Los que tienen que salir de ese t son los populares, no nosotros. Hicimos un pacto entre el Gobierno de la nación y CiU, de Estado, que tuvo efectos favorables para el desarrollo autonómico y fue denostado por el PP. Es el PP el que tiene que explicar ahora, ante los ciudadanos y su electorado, por qué llega a ese pacto con Pujol. Yo lo único que advierto es que debe ser un pacto de Estado que redunde en beneficio de todas las comunidades, no en el de una. Planteo que mi relación con el Gobierno de la nación, aunque sea de la derecha, esté basada en principios de Estado. Si la colaboración no da resultados, tendré que acudir a la confrontación.

P. Con José Maria Aznar en el Gobierno, ¿es más fácil ser autonomista que con Felipe González?

R. La experiencia es la que nos dirá.

P. Usted ha dicho que Aznar es un españolista ultranacionalista. Si pacta con Pujol, ese discurso se le desinfla.

R. Lo que ocurre es que el discurso ultranacionalista que ha utilizado Aznar antes y durante la campaña es la causa de las dificultades que está teniendo ahora para pactar con Pujol. Pero yo creo que es la única salida posible que tiene Aznar. Habrá que facilitarle la posibilidad de ese acuerdo por la gobernabilidad del país.

P. ¿Considera los resultados electorales una consolidación de su liderazgo en el PSOE?

R. (Risas). Me da cierto pudor contestar, pero, objetivamente, es así. ¿Qué habría ocurrido si hubieran sido negativos? Pues, seguramente, ahora estaría en el candelero, cuestionado, y me harían el responsable de la derrota.

P. Alguien ha dicho que a las ratas les ha dado tiempo a volver antes de abandonar el barco.

R. (Risas). No estoy de acuerdo con la aplicación de esa frase.

P. ¿El resultado de Andalucía es un buen comienzo para solucionar los problemas entre guerristas y renovadores?

R. Crea un mejor clima. Un punto de referencia en la solución del problema es la posición de la Ejecutiva regional y la del secretario general, que han salido reforzadas porque las estrategias se han demostrado acertadas. La integración puede ser muy fácil, sin per juicio de que se respete la pluralidad del partido.

P. ¿Cree que va a haber un traspaso del guerrismo a la renovación?

R. La solución del problema no tiene que venir de trasvases, sino por una política de integración, que parte del hecho de que se tiene que aceptar que hay una mayoría dentro del partido que es la que lo dirige. Ese es el quid de la cuestión.

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