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FUTBOL 31ª JORNADA DE LIGA

El Zaragoza se divorcia del fútbol

El Racing se convirtió en el décimo equipo que saca fruto de su visita a La Romareda. Para alcanzar este objetivo, cada vez de más fácil consecución, tuvo suficiente con aprovecharse de la desorganización y la falta de criterios del Zaragoza. El equipo cántabro resolvió el partido en 20 minutos y después se limitó a aguantar el balón, buscando el desquiciamiento de unos rivales que se han divorciado del buen fútbol.Víctor Fernández acudió, en su enésimo cambio de alineación, a los esquemas del pasado, cuando el equipo disfrutaba de la gloria. Aparcó la supuesta renovación que esta temporada está viviendo el equipo para alinear a ocho de los jugadores que estuvieron en la final de París. Los tres restantes eran el portero, Morientes, que ejercía de Esnaider, y Oscar, en realidad la única variante. la apuesta por el pasado dio resultado diez minutos, los que tardó el Racing en aprovecharse del primer fallo defensivo del Zaragoza. Popov cabeceó a puerta vacía el 0-1 en el interior del área pequeña. El equipo local había dispuesto, por medio de Poyet, de hasta de tres ocasiones de gol y, sobre todo, estaba practicando un fútbol rápido, de toques, como en el pasado.

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El gol racinguista cortó de raíz la inspiración aragonesa. Faisulin se hizo el dueño del balón y puso en evidencia las lagunas defensivas del Zaragoza. Con un juego sorprendentemente ofensivo, los jugadores de Yosu atemorizaron a Belman, hasta que en el minuto 20, un pase de Faisulin le permitía a Popov marcar su segundo gol.

Lo peor del Zaragoza salió a la luz a partir de ese instante. Desorganización, ausencia de esquema, falta de preparación física y, si no fuera porque en el pasado han demostrado poseerla, hasta ausencia de capacidad técnica. El Racing replegó líneas y embarulló el partido, consiguiendo que el Zaragoza entrara en el juego.

El descanso, lejos de servir para facilitar la reacción zaragocista, aumentó el caos. No hubo ni una sola ocasión clara del equipo local y es que sin Poyet el Zaragoza es una nulidad absoluta en ataque. La penosa imagen que una vez más dieron los jugadores zaragocistas no puede justificarse ni siquiera por la visita del Deportivo el próximo jueves. El público lo entendió claramente y despidió a sus jugadores con una fuerte bronca y pañuelos en las gradas.

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