_
_
_
_

La juez levanta el secreto y procesa a tres personas por el crimen de Anabel

Manuela Hernández, la juez que instruye el caso de Anabel Segura, ha procesado al matrimonio de Pantoja (Toledo) formado por Emilio Muñoz Guadix y Felisa García Campuzano, ambos de 35 años y padres de cuatro hijos, y al fontanero Cándido Ortiz, Candi, de igual edad, por la detención ilegal y asesinato" de Anabel Segura. Paralelamente, la juez ha decidido levantar el secreto que pesaba desde hace cinco meses sobre este caso y mantener en prisión a los tres acusados. La juez atribuye los citados delitos a los tres, por entender que en el actual momento de instrucción no puede determinar el grado de participación en los hechos de cada uno de los procesados. La juez indica en su resolución, en la que detalla de forma somera los hechos, que Emilio Muñoz y Cándido Ortiz asesina ron a Anabel ahorcándola, tras atarle los pies, en la noche del 12 de abril de 1993. La mataron horas después de raptarla, cuando la chica hacía footing por los alrededores de la urbanización de La Moraleja.

Aparte de mantener a los tres en prisión, la juez Hernández, titular del Juzgado de Instrucción de Illescas (Toledo), impone una fianza de 75 millones de pesetas a Emilio Muñoz y a Cándido Ortiz, y otra de 50 millones a Felisa García.

PASA A LA PÁGINA 4

Felisa Garcia sumuló la voz de Anabel dentro de la furgoneta utilizada para el secuestro

VIENE DE LA PÁGINA 1 La juez Hernández ha ordena do que se embargue el patrimonio de los tres acusados para hacer frente a la fianza.

El relato de los hechos es el siguiente, según lo describe la juez: "Emilio Muñoz y Cándido Ortiz se trasladan el 12 de abril de 1993 en una furgoneta a la urbanización de La Mora leja. Una vez allí, sobre las 14.30, ven a una chica -Anabel- que hacía footing en las inmediaciones del colegio Es candinavo, en la calle de Camino Ancho. La obligaron a subir a la furgoneta Ford Courier blanca. Iniciaron entonces un recorrido -durante el cual iban preguntando a la chica da tos sobre su familia- por distintas carreteras de la Comunidad de Madrid y provincias limítrofes. Próximo el anochecer, bajaron los tres del vehículo y, en un lugar y momento no determinados, la ataron de pies y manos, colocaron una cuerda alrededor de su cuello y la mataron ahorcándola". Esa mis ma noche, según el auto judicial, Emilio Muñoz acudió a su domicilio y comunicó a su es posa, Felisa García, que él y Cándido habían secuestrado a Anabel.

El relato judicial prosigue así: "Dos días después se recibió una llamada telefónica en el domicilio de la familia Segura en la que uno de los secuestra dores exigió 150 millones de pe setas. En los días siguientes se recibieron otras 13 llamadas, unas efectuadas por Emilio y otras por Cándido. Se fijaron dos puntos y días distintos para ,hacer la entrega del dinero (el 19 de abril, en el kilómetro 126 de la nacional II, Madrid-Barcelona, desvío a Sauca, y el día 5, en una carretera próxima a Cuenca).

Al no conseguir su objetivo, un mes después, decidieron grabar una cinta simulando la voz de Anabel. Tarea que efectuó, indica la juez, Felisa García, esposa de Emilio. Para ello se introdujo en la misma furgoneta blanca en que fue raptada Anabel, estacionada en el garaje del domicilio que el matrimonio posee en Pantoja. Felisa, explica la juez, "ya sabía que Anabel estaba muerta". El auto, que ocupa cuatro folios, concluye con la descripción del hallazgo del cadáver, el pasado 28 de septiembre, en una fábrica de cerámica abandonada de Numancia de la Sagra (Toledo). Según la juez, Emilio informó a su esposa que habían matado a Anabel el día siguiente al crimen.Testimonio voluntario

El levantamiento del secreto se produce. un día después de que Emilio prestará declaración ante la juez de Illescas. Emilio acudió el pasado martes al juzgado para retractarse de lo que declaró en el careo que mantuvo con su esposa el 20 de febrero, y que permitió a ésta salir en libertad durante una semana; la juez revocó el auto de libertad aduciendo que existían indicios' de que Felisa pudiese huir de España. Durante el careo, Emilio confesó que había obligado a su esposa, amenazándola con una navaja, a simular la voz de Anabel en la, cinta que él y Cándido enviaron a la familia Segura para exigir el rescate y hacer creer que la chica seguía con vida. En su declaración del martes, según fuentes jurídicas, Emilio mantuvo todo lo contrario; es decir, que su esposa lo sabía todo desde el principio y colaboró sin ninguna coacción en la grabación de la cinta. La Fiscalía de Toledo reclamó la semana pasada a la juez que dictará cuanto antes auto de procesamiento contra los tres implicados por entender que ya había materia suficiente para acusarles.

El levantamiento del secreto sumarial permitirá conocer otros detalles hasta ahora desconocidos sobre las pistas que condujeron a la policía a la detención del transportista Emilio Muñoz, de su esposa, Felisa, y del fontanero Cándido Ortiz. Fuentes jurídicas indicaron ayer que la policía encerró a Emilio y a Cándido en la misma celda la noche en que les detuvo. La idea era, como así se hizo, grabar todo lo que dijeran. La policía puso dentro un micrófono. "Estuvieron peleándose toda la noche", señalaron ayer estos medios. También ha trascendido ahora que varios vecinos de Emilio y Felisa, de Pantoja, les delataron a la policía la noche en que el programa de televisión Quién sabe dónde, que presenta Paco Lobatón, divulgó las voces de los secuestradores.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_