El reto, conseguir el 'sí' de CiU a la investidura

Conseguir el sí de CiU y de algún otro grupo a la investidura de José María Aznar, en primera o segunda vuelta, es el hueso duro de roer al que se enfrentan el PP y, singularmente, Rodrigo Rato, su negociador principal. Rato lo admitió ayer en Radio Nacional, al descartar "un Gobierno respaldado por abstenciones".Los populares no creen en la propuesta de CiU para que el PSOE o algunos de sus diputados se abstengan en la investidura. Consideran que el Ejecutivo resultante sería un barquichuelo a merced del oleaje parlamentario, mientras que "los desafíos de fin de siglo" exigen un Gobierno con un respaldo de "varios partidos".

Tras entrevistarse con todos los partidos con grupo parlamentario propio, Rato se reunirá esta semana con las formaciones con menor representación.

El propio presidente del PP, José María Aznar, se ha puesto manos a la obra para dar un impulso al diálogo a múltiples bandas. Ayer se entrevistó en Madrid con Josep Antoni Duran Lleida, socio de coalición de Jordi Pujol; telefoneó al líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, con el que concertó un encuentro cara a cara para mañana, y entre ayer y hoy tenía previsto telefonear a Jordi Pujol.

Habló asimismo con el líder del PNV, Xabier Arzalluz, y con el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, presidente de Eusko Alkartasuna, con el que quedó en verse la semana próxima.

Rato se refirió con cierta ironía a los propósitos de "traspaso ejemplar" proclamados por el Gobierno en funciones, que "ha brillado por su ausencia", dijo, en ayuntamientos y comunidades.

De todas formas, lo que desearían los populares es que el Ejecutivo saliente dejara de tomar decisiones que condicionen al nuevo Gabinete; por ejemplo, señaló Rato, la destitución del director del Cesid, Félix Miranda.