Los empresarios catalanes propugnan un Gobierno del PP que excluya a los 'duros'
Los líderes empresariales catalanes propugnan un Gobierno del PP presidido por José María Aznar que excluya el sector duro del partido encabezado por Francisco Álvarez Cascos, Luis Ramallo. Los Y empresarios excluyen en sus propuestas a los dirigentes del PP que consideran más refractarios al catalanismo político. Durante los últimos días, Rodrigo, Rato ha mantenido contactos con José Manuel Lara Bosch -hombre fuerte del Instituto de la Empresa Familiar (IEF)- y con Josep, Piqué, presidente del Círculo de Economía. Rato ha sido comisionado por Aznar para negociar el apoyo de los foros económicos catalanes.
La Cataluña económica pasa consultas indirectamente con Aznar a la sombra de Rodrigo Rato. El panorama es dinámico. Cambia día a día. El pasado lunes, Mariano Puig, Joan Molins y el propio Lara, en representación del IEF, pidieron a Jordi Pujol que reflexionara sobre la posibilidad de entrar en un Gobierno de coalición. Le propusieron que olvidara los agravios del PP y la falta de respeto del partido conservador a la lengua y la cultura catalanas. La coalición con el PP y con el resto de nacionalismos fue un pretexto; un planteamiento que incluía la justificación de la misma negativa. "Sólo podría hacerlo si entraran los otros nacionalismos, pero el PNV no lo aceptaría por el trato que el PP quiere en el asunto del terrorismo de ETA", les contestó Pujol.Los empresarios jamás han creído que Pujol pudiera acceder a formar un Gobierno de coalición con el PP. Creen básicamente en el soporte político económico que se producirá con el apoyo de los nacionalistas en el trámite parlamentario de los Presupuestos del Estado de 1997. Hasta entonces sólo hay un escollo: "La investidura de Aznar, que puede producirse si CiU ofrece libertad de voto al grupo parlamentario; lo que supone dar por hecho que los cuatro diputados de Unió Democrática (UDC) votarían en este caso a favor de Aznar", según medios del IEF. Esta posibilidad ha sido negada rotundamente por Josep Antoni Duran Lleida, el líder del partido democristiano coligado con Convergència.
El sector empresarial más reflexivo considera que la Administración única y la corresponsabilidad fiscal, contenidas ambas en el programa del PP, indican la senda de colaboración con los nacionalistas. "Se trata ahora de hacer de la necesidad virtud; hay que poner delante las coincidencias y desarrollarlas", afirma Josep Piqué. Un principio que sus colegas del Círculo de Economía aceptan con matices. Muchos no se sentirán seguros hasta que Aznar entienda que el catalanismo político constituye una aportación a la modernización de España y no desde luego una moneda de cambio para obtener ventajas en la financiación de la autonomía. Estas mismas voces coinciden en su aspiración de ver algún día entre Pujol y Aznar la, misma sintonía que el líder nacionalista ha alcanzado con Felipe González.
La 'cabeza' de Vidal-Quadras
Rodrigo Rato dijo antes de las elecciones en el Círculo de Economía: "Si ganamos por 160 a 140, esto será ingobernabIe"; y ante el mismo auditorio, el dirigente popular se preguntó: "¿A ver quién, desde el PP, dirige nuestra política en Cataluña después de haber abierto el flanco de la confrontación en materia de política lingüística?". Por debajo de los 160, con 156 escaños, Rato sigue intentándolo, sobre todo en el flanco económico y empresarial. Rato y, por supuesto, el propio Aznar conocen el rechazo generalizado que se ha producido por parte de los empresarios influyentes en torno a los dirigentes del PP de Cataluña. Los empresarios piden la cabeza de Aleix Vidal-Quadras, el presidente regional del partido conservador, "pero no como menosprecio a la formación política, sino como principio para preparar un entronque real de este partido en Cataluña, que tampoco se ha conseguido con la, incorporación del ex convergente Josep María Trias de Bes", de acuerdo con la versión recogida en medios muy representativos del Instituto de la Empresa Familiar (IEF).
La gran patronal Fomento del Trabajo, perteneciente a la CEOE, ha mantenido su propuesta sin matices: un pacto de gobernabilidad con apelaciones a la responsabilidad de CiU. Juan Rosell, presidente. de Fomento, ha recordado estos días que los empresarios ya anticiparon en noviembre la necesidad de que CiU apoyara la gobernabilidad sí se producía una más que probable victoria del PP.
La patronal no presenta fisuras; de ahí que los últimos días no haya participado apenas en las rondas negociadoras de Rodrigo Rato.
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